Debbie Reynolds, la actriz del musical que no sabía bailar.

Un día estaba en el comedor del estudio cuando apareció el chico de los recados gritando su nombre. “Me llamaron al despacho de Louis B. Mayer” –explicaba la actriz– “Yo era una niña y fui corriendo a su oficina muerta de miedo. Y me dijo: “Debbie quiero que actúes en Cantando bajo la lluvia”. Yo le dije que por supuesto. “Es con Gene Kelly” me advirtió y yo asustada le contesté que no sabía bailar. Pero me dijo: “Bailarás”. 

La verdad es que Gene Kelly se puso furioso cuando se enteró de que su partener no sabía bailar. A Reynolds le dieron tres meses para "aprender a bailar". Tres profesores se alternaban para darle clases particulares. "Bailaba ocho horas al día, sin parar", escribe en sus memorias. Se sentía tan frustrada que lanzaba sus zapatos de claqué contra el espejo, haciéndolo añicos. Se pasaba todo el tiempo en el estudio conteniendo las lágrimas. Y entonces... "Un día estaba tumbada bajo el piano sollozando cuando oí una voz que me preguntaba: "¿Por qué lloras?". Desahogó su frustración: "Siento que me voy a morir, es muy duro. No puedo... no puedo...". Debbie Reynolds sólo tenía 19 años.

La voz la calmó suavemente. Levantó la vista y vio a Fred Astaire, de pie junto al piano, con preocupación en su rostro. Le dijo que él también se frustraba y se enfadaba, y la invitó a ver un ensayo con Hermes Pan mientras preparaban la boda real. Ella vio lo mucho que trabajaba y salió del estudio sintiéndose menos sola. 

Fred Astaire trabajó con Debbie Reynolds y le enseño los pasos fundamentales antes de que el propio Gene tuviera que hacerse cargo de ella. “Gene Kelly era un gran profesor, muy exigente, muy duro” –recordaba la actriz en una entrevista– “No me iba ni a casa, prácticamente dormía en el estudio y trabajé como una loca para estar a la altura. El número de Good Morning, de cuatro minutos de canto y baile en el que participan las tres estrellas de la película (Kelly, Reynolds y Donald O'Connor) tardó 15 horas en salir bien. Al final, los pies de Reynolds sangraban y apenas podía moverse. Los asistentes la llevaron a su camerino y los médicos la pusieron en reposo durante dos días. 

"Tardamos un año y medio en hacer la película pero para mí bailar con esos dos caballeros fue un gran reto. Y estoy orgullosa porque hice un buen trabajo.” Es cierto que lo hizo y Debbie puso también su granito de arena para que “Cantando bajo la lluvia” acabara siendo una de las mejores películas de todos los tiempos.



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