Veronica Lake y el peinado prohibido

Constance Frances Marie Ockelman, tuvo una imagen, que al margen de sus interpretaciones, pasó a la historia del cine. El azul de sus ojos le proporcionaron su apellido artístico, porque recordaban un lago, y su larga melena rubia con la raya a un lado creó una peligrosa tendencia. Hablamos de Verónica Lake

Peek a boo bang, así se llama el estilo de peinado que lucía la actriz, la traducción podría ser "mira por la mirilla" y surgió por casualidad como ella narró en su autobiografía: “Durante la prueba de cámara de Vuelo de águilas mi cabello no dejaba de caer sobre mi ojo. Pensé que había arruinado mis posibilidades para el papel. Pero al productor Arthur Hornblow le pareció genial. Él tenía experiencia y sabía que ese peinado era algo de lo que la gente hablaría.”. Y acertó.

Durante la Segunda Guerra Mundial su imagen se convirtió en un símbolo, los soldados llevaban su foto al frente e incluso bautizaron una pequeña isla volcánica del Pacífico con su nombre.

En plena guerra mucha mano de obra en fabricas era femenina y el furor por el mechón de Lake provocó tantos accidentes laborales que el Departamento de Guerra de los Estados Unidos solicitó ayuda a Paramount. Las melenas de las trabajadoras acababan enganchadas en los taladros o la falta de visión ocasionaba negligencias, incluso se decía que la propia Lake se incendiaba el cabello cuando fumaba.

La Paramount, voluntariosa, acató las órdenes y Lake se cortó el pelo para disminuir los dramáticos efectos de su peek-a-boo. Su carrera nunca se repuso porque el público quería el misterio, el peligro y el glamour.




Doris Day, la mujer del “american way of life”

Doris Kapelhoff, nacida en Cincinatti, pero de ascendencia alemana iba para bailarina pero como ocurre en muchas ocasiones, cuando no llevas bien encaminado tu futuro el destino te hace la zancadilla, y en este caso fue literal, un desafortunado mal paso y se acabó la carrera en el baile.

Decidida a dedicarse al espectáculo, un elegante fraseo y una fantástica voz, le abrieron otras puertas, y comenzó a hacer giras por todo el país.

Algún agente, a quien no perdonó, ya la había bautizado como Doris Day, un nombre artístico que ella siempre odió por sonarle a stripper.

La guerra había acabado y el público necesita alegría y buen humor para olvidar, y allí estaba ella. Otra nueva faceta, la de intérprete de musicales empezó a darle fama, y las promociones hicieron que sus canciones sonaran en las radios a lo largo de todo el país. En los dramas románticos se movía perfectamente, y enseguida se le dieron oportunidades en otros registros que supo aprovechar.

Interpretar a Ruth Etting, chica del gánster devenida en rutilante estrella del Music Hall, en "Quiéreme o déjame" en 1955, le hizo subir varios peldaños de golpe en la escalera hacia la fama, y sus escenas con James Cagney como oponente fueron de gran altura.

Un año después vino el espaldarazo definitivo, y lo hizo de la mano de Alfred Hitchcock, para ser la afligida madre de un pequeño secuestrado en "El hombre que sabía demasiado" junto a James Stewart. Incluso en una película de suspense hubo una escusa para que demostrara sus dotes como cantante, con el famoso tema central del filme, “Qué será, será”. A ella no le convencía mucho y dijo: “ésta no pasará a la historia”. Se equivocó, porque esa canción la acompaño durante toda su carrera.

Volvió a mediados de los 50 a un genero con el que se la identificó definitivamente a partir de entonces, las comedias suaves, en las que interpretaba por regla general a una mujer de buen ver que había dejado de ser joven hacía tiempo, pero que a pesar de eso, mantenía una imagen virginal e ingenua. Unos modelitos increíbles que marcaban tendencia y un peinado a prueba de bombas gracias a litros de laca, marcaron tendencia en un gran número de mujeres americanas que querían ser como ella, Doris encarnaba el prototipo del "american way of life", el modo de vida americano.

La actriz lucía espectacular al lado de galanes como Rock Hudson, Clark Gable o Cary Grant, y la taquilla le sonreía. "Juego de pijamas", "Mi marido se divierte", "Enséñame a querer", "Confidencias a medianoche", "No os comáis las margaritas", "pijamas para dos" o "suave como visón", son ejemplos de películas fáciles de ver y de un gran éxito de taquilla. Entre todas esas comedías destaca un drama y una de sus mejores películas "un grito en la niebla".

Cuando la formula de la comedia sencilla caducó, llegó el inevitable declive, que coincidió con la muerte de su tercer marido, Martin Melcher. En él, además de su amor había depositado sus cuentas haciéndole su agente, y para su sorpresa, a su muerte tenía más deudas que fondos. Afortunadamente también le dejó un número de proyectos firmados, entre los que se encontraba un compromiso con televisión que duraría cinco años y que le permitiría una recuperación económica antes de retirarse.

Cuando se retiró a su mansión rodeada de perros y gatos y se convirtió en una activista en defensa de los animales. Su voz, que no la abandonó nunca, le permitió grabar algún disco más antes de fallecer en 2019 a los 97 años de edad.





"Breve encuentro" ("Brief Encounter", 1945, David Lean)

En 1945, un joven David Lean estrenaba “Breve encuentro”, basada en la obra teatral de Noel Coward, “Still life”. Antes de su estreno los estudios no la consideraban una película comercial, pero sorprendentemente fue un éxito rotundo de crítica y público, tanto en Reino Unido como en Estados Unidos. La academia la nominó en tres apartados: A David Lean como Mejor director, a Celia Johnson como mejor actriz protagonista, y al mejor guion adaptado. El tiempo, que no ha pasado por esta película, ha hecho que esté considerada como una de las mejores películas británicas de todos los tiempos.

El director de las grandes superproducciones como Lawrence de Arabia, El puente sobre el rio Kwai, Doctor Zhivago, deslumbró al principio de su carrera con este film intimista que se constituyo como uno de los grandes films románticos de la historia del cine. En Breve encuentro, David Lean trata la historia de una relación de un modo tan sutil y delicado que aceptas, justificas e incluso ves bien la infidelidad.

La historia narra un amor tan sublime e irremediable como imposible. Un amor que surge por casualidad pero dentro de una corrección tan exquisita como ideal, y en la que no hay sitio para otra cosa que no sea amor.

A Lean no le importa que conozcamos el final de la historia desde el principio, por este motivo empieza por la despedida en la que nos da todos los detalles, para poco después, en modo flashback, contarnos la maravillosa relación

Él, médico de profesión, acude cada jueves a Londres a pasar consulta. Ella, tiene el jueves como día para sus cosas, pasa por la biblioteca, hace algunas compras, y por la tarde va al cine. Un par de encuentros fortuitos, e inevitablemente surge algo más entre ellos. El tren les une cada jueves y el tren les separa partiendo en sentidos distintos rumbo a sus hogares donde les esperan sus respectivas parejas, a la que ambos aman, y sus hijos. Solo en la imaginación de ella, en una vuelta a casa, la mujer que se refleja en el cristal del tren le muestra que hay una vida más allá de la que ella vive.

La música de Rachaninoff en su concierto número dos, envuelve todo el filme creando una atmósfera romántica realmente increíble.

Las interpretaciones de Trevor Howard en el papel del Dr. Alec Harvey y en especial de Celia Johnson interpretando a Laura Jesson son fantásticas. El reparto se completa con un grupo de secundarios que están a un altísimo nivel interpretativo, destacan Stanley Holloway, Joyce Carey, Cyril Raymond, Everley Gregg, Marjorie Mars y Margaret Barton

La película obtuvo la Palma de Oro en el Festival Internacional de Cine de Cannes.



"Candilejas", ("Limelight", 1952, Charles Chaplin)

A estas alturas de la historia no vamos a descubrir que "Limelight" es una obra maestra, ni mucho menos, vamos a descubrir a Chaplin, pero es inevitable hablar de esta película, para muchos la mejor del más grande genio de la historia del cine.

Se puede decir que "Candilejas" fue el canto del cisne de Charles Chaplin, sabía o intuía lo que se le venía encima en los Estados Unidos y se agarró a su historia para preparar en una película llena de simbolismos, una despedida.

En "Limelight" Chaplin escribe, dirige, protagoniza y además compone la banda sonora, y se rodeó de gente especial para él. 

En primer lugar Buster Keaton. Chaplin quiso compartir escena, con él que para la crítica era rival suyo, pero para Chaplin era un compañero de profesión al que admiraba. Admiración que era mutua, hasta el punto, que Keaton reconoció en su autobiografía a Chaplin como "el mejor cómico de todos los tiempos".

También reservó un papel para Edna Purviance, la mujer que compartió con Charlot tantas horas de rodaje en los cortometrajes y películas del vagabundo, y a la que dejaron de llegarle ofertas con el cine sonoro, pero que Chaplin mantuvo en nómina hasta que falleció en 1958. Fue la última aparición en el cine de la actriz.

Contó también con su familia. En el film aparecen sus hijos, Sydney y Geraldine, e incluso su mujer. Cuando hubo que volver a grabar algunas tomas durante la postproducción, y la actriz protagonista, Claire Bloom, ya no estaba disponible, fue sustituida por Onna Chaplin.

¿Cuánto hay de personal en la historia de "Candilejas"? 

Hay varias circunstancias que indican porque fue la más personal de sus películas. En principio, teniendo la posibilidad de elegir cualquier sitio, sitúa la historia en su Londres natal. 

En la película, Chaplin interpreta a Calvero, quien en plena decadencia por el exceso de alcohol, acoge en su casa a una joven atormentada a la que salva cuando esta intenta suicidarse. Por algo similar, Chaplin fue criticado varias veces a lo largo de su vida. El actor tuvo siempre relaciones con mujeres mucho más jóvenes que él, en dos ocasiones se casó con jóvenes que aún no eran mayores de edad. Su mujer, Onna Chaplin, tenía 17 años cuando se conocieron y el 53. 

Homenajea a Charlot en varias ocasiones. En una escena, Calvero (Charles Chaplin) bromea: "Es el vagabundo que hay en mí", y encima de su cama hay un viejo cartel que dice: "Calvero - Comediante Vagabundo". Son guiños al personaje más querido de Charles Chaplin de la época muda, El Pequeño Vagabundo.

También se había anunciado que sería su última película, y en "Candilejas" todo suena a final de carrera, a despedida. Incluso cuando invitó a Keaton, fue para celebrar juntos, con una escena para la historia del cine, el fin de una época

Y volviendo a sus orígenes, Chaplin decide que el estreno mundial sea el Londres, donde nació y donde están sus principios artísticos, y también donde se sitúa la película.

Para ir al estreno, Chaplin viajó de California a Nueva York, y se embarcó en un trasatlántico rumbo a Inglaterra, y dos días después fue informado que el fiscal general de Estados Unidos, James McGranery había revocado su permiso de reingreso al país, aduciendo razones legales relacionadas con "moral, salud o demencia, o por defender el comunismo o asociarse con organizaciones comunistas o pro comunistas". No podrían volver, ni él ni su familia, a los Estados Unidos, donde se había comenzado una cruzada contra el actor y director. Después de las proyecciones de "Limelight" en Nueva York y otras ciudades de la Costa Este, un frenesí anti-Chaplin, azuzado por políticos y organizaciones ultraconservadoras, provocó la cancelación de las proyecciones en otras ciudades. "Limelight" se prohibió en Estados Unidos.

En 1972, veinte años después, "Limelight" se estrenó en Los Angeles, y la música de la película compuesta por el propio Chaplin, y arreglada por Ray Rasch y Larry Russell, que ya estaba considerada una de las mejores partituras de la historia del cine, consiguió el Oscar a la mejor música. 

Retirado desde hacía años, en 1973, Chaplin recibió su único Oscar competitivo por esta magistral melodía, tenía 83 años.

 


"El diablo sobre ruedas", ("Duel", 1971, Steven Spielberg)

Nona Tyson, guionista y asistente de dirección, entró en el despacho de Steven Spielberg y le entregó el número de abril de 1971 de la revista Playboy, se lo abrió por una página y le invitó a leer una historia que aparecía publicada. La historia se titulaba Duel y estaba firmada por Richard Matheson, de quien se habían llevado al cine las historias de "El increíble hombre menguante" o "El último hombre vivo". Lo curioso de la historia era que fue un hecho que le había ocurrido al mismo Matheson el 22 de Noviembre de 1963.
 
Spielberg había dirigido episodios de las series "Colombo" y "Audacia es el juego" y estaba preparando un guion para un telefilme, que dejó de inmediato para empezar a trabajar en "El diablo sobre ruedas". Sólo siete meses después se programaba en televisión, la película se había rodado en dos semanas entre el 13 de septiembre y el 4 de octubre, con un presupuesto de 400.000 dólares y contó con un habitual de las series, Dennis Weaver, como protagonista. 

Spielberg nos sube en el coche, un Plymouth valiant, con el protagonista, un hombre de negocios, y nos hace participe de sus prisas por llegar al destino hasta que nos encontramos con un camión al que adelantamos, más adelante nos devuelve el adelantamiento y somos protagonistas directos y en primera persona del pique con un viejo pero increíblemente rápido camión. 

Nunca vemos el rostro del conductor y esa es una de las premisas de esta película de terror, lo que no ves es lo que nos da más miedo y el acoso al que nos somete nos genera una terrible ansiedad. El rostro del conductor es sustituido por el camión, y el que Spierlberg eligió era un modelo Peterbilt viejo y oxidado que visto por el retrovisor del coche parecía el rostro de una bestia salvaje que nos persigue. 

El camión de un color marrón sucio se camufla en el terreno desértico donde destaca el coche de color rojo. En el frontal del camión varias matrículas de distintos estados parecen trofeos de coches que han sufrido el acoso que ahora nos toca a nosotros. 

Además de no saber quién nos persigue, tampoco sabemos el porqué de esta conducta asesina, y ya está creada otra premisa del cine de terror, el suspense. 
En su estreno en la ABC el telefilme cosechó un gran éxito, y la cadena decidió estrenarla en Europa en cine, para ello se amplió el metraje en 19 minutos para llegar hasta los 90 utilizando planos descartados y grabándose nuevas escenas, entre ellas una de las más agobiantes que sucede en un paso a nivel. 

Gracias al estreno en los cines, el telefilm se convirtió en una película que podría haber firmado el mismo Hitchcock, pero fue el debut de un joven de 25 años llamado a ser unos de los más grandes directores de la historia del cine contemporáneo, Steven Spielberg.



"The blind man" (Alfred Hitchcock)

1960 fue un buen año para el legendario director Alfred Hitchcock. Venía de cosechar éxitos consecutivos con “Con la muerte en los talones” (1959) y “Psicosis” (1960). La primera está considerada como una de las obras maestras de Hitchcock y recaudó casi 10.000.000 de dólares. Psicosis, con un presupuesto de 800.000 dólares, recaudó más de 32.000.000 dólares en todo el mundo, y fue aclamada universalmente

En este punto, Hitchcock tenía libertad para hacer lo que quisiera. Volvió a formar equipo con el guionista de “Con la muerte en los talones”, Ernest Lehman para hacer un thriller ambientado en Disneyland. La película iba a empezar a producirse a principios de 1961 y se llamaría The Blind Man (el ciego)

El guión cuenta la historia de un pianista de jazz ciego "Jimmy Shearing"  que recupera la vista tras recibir quirúrgicamente los ojos de un hombre muerto. Mientras ve el espectáculo del Salvaje Oeste en Disneylandia con su familia, Shearing comienza a tener visiones en las que le disparan. Se da cuenta de que el hombre muerto cuyos ojos tiene, fue en realidad asesinado. La imagen del asesino sigue impresa en la retina de sus nuevos ojos.

Shearing, pronto se da cuenta de que el asesino es un hombre que había conocido previamente en Disneylandia, y en el clímax de la película, los dos lucharían hasta la muerte a bordo del RMS Queen Mary. El final de The Blind Man tenía a Shearing derrotando al asesino. Sin embargo, en un ataque de brutal ironía, le arrojan ácido a la cara. Dejando a nuestro héroe ciego de nuevo. Tal y como estaba cuando empezó la película. El personaje del ciego ya estaba adjudicado, James Stewart

Como todos sabemos, la película no está en la filmografía de Hitchcock ya que tuvo problemas importantes para llevarla a cabo, el primero tiene nombre y apellido, Walt Disney.

Walt Disney no era fan de Alfred Hitchcock. Disney dijo públicamente que Psicosis era "repugnante" y que nunca dejaría que sus hijos vieran una película así. Cuando Disney leyó en los periódicos que Hitchcock planeaba hacer una película que tendría lugar en el parque de atracciones que el creo no le hizo mucha gracia.

Disney se opuso con vehemencia a que Hitchcock utilizara el nombre de Disney o el lugar para su próxima producción. Además, Disney declaró que nunca permitiría a Hitchcock rodar una película en Disneylandia. Fue entonces cuando Hitchcock y Lehman  empezaron a buscar otros escenarios posibles.

El retraso que sufriría el rodaje hizo que no se pudiera contar con James Stewart, comprometido con otros proyectos. Lehman y Hitchcock tuvieron importantes diferencias argumentales y también se borró del proyecto, y Hitchcock, sin escenario, no veía otra opción que Disneyland, sin guionista y sin protagonista abandonó el proyecto de la que iba a ser su película más ambiciosa.

 La siguiente película de Hitchcock no llegaría hasta dentro de tres años. Durante ese parón el director aprovecho para centrarse en su popular serie 2Hitchcock Presents” y un guión destinado a la serie, se convirtió en “Los pájaros”.

 

El guion inacabado de Ernest Lehman de El ciego fue finalmente completado en 2015 por el escritor, director y actor británico Mark Gatiss. Posteriormente fue adaptado para la radio por el productor británico Laurence Bowen. En esta nueva versión de la historia el pianista ciego se llama “Larry Keating” y fue interpretado por Hugh Laurie, y el reparto lo completan Rebecca Front  y Peter Serafinowicz (Shaun Of The Dead).

La producción de BBC Radio formó parte de su serie "Unmade Movies" que  adapta radiofónicamente guiones inacabados de grandes autores y directores del siglo XX. Entre ellos se encontraban obras de Harold Pinter, Arthur Miller, Orson Welles, Alfred Hitchcock y Ernest Lehman.

The blind man, programa de radio de la BBC




“La senda tenebrosa”, (“Dark Passage”, 1947, Delmer Daves)

“La senda tenebrosa” es la tercera película de una de las parejas con más química de la historia del cine, Humphrey Bogart y Lauren Bacall, y no es de extrañar ya que se conocieron en la primera de ellas, “Tener y no tener” y se casaron a continuación. Aunque en sus películas era patente la diferencia de edad, la historia resultaba creíble porque su matrimonio funcionaba perfectamente, y si en la vida real funcionaba quien iba a dudar de que fuera posible en el cine. 

Bogart y Bacall hicieron cuatro películas en cinco años que funcionaron muy bien en la taquilla. En los cincuenta llevaron caminos separados cinematográficamente hablando, claro y un nuevo guion les volvió a unir, “Intriga femenina”, pero en la preproducción detectaron la enfermedad que acabó con la vida de Bogart y los papeles los interpretaron Kirk Douglas y Susan Hayward. 

Técnicamente en la película el director Delmer Daves, utiliza extraordinariamente la cámara subjetiva, en ningún momento nos muestra el rostro del fugado, siendo lo que él ve lo que nos muestra la cámara, y lo que Vincent Parry (Humphrey Bogart) ve, es el rostro de Irene, la mujer que le ayuda en su huida, Lauren Bacall, aprovecha para además de su belleza, mostrarnos sus dotes de interpretación dramática. Cuando Bogart mira a Bacall y ella a él, o lo que es lo mismo directamente a la cámara, su mirada nos atraviesa y entiendes perfectamente porque Bacall era “the look”, la mirada. 

Al director de la Warner no le sentó nada bien saber que el rostro del principal reclamo de la película no se iba a ver en gran parte del film, pero cuando se enteró era demasiado tarde para cambiarlo. 

La pareja está muy bien secundada por un gran elenco Bruce Bennett, Agnes Moorehead, Tom D'Andrea, Clifton Young, Douglas Kennedy, Rory Mallinson, y Houseley Stevenson. El director, Delmer Daves, aparece fotografiado entre unos recortes de prensa, es el padre de Irene Jansen(Lauren Bacall) 

En resumen, un excelente inicio, de los mejores del cine negro, un magnifico argumento, Bogart y Bacall, cigarrillos, humo y por supuesto San Francisco, hacen de “La senda tenebrosa” una de las mejores películas del género. 





Bogart interpreta a Vincent Parry, un hombre condenado por el asesinato de su esposa, que se escapa de la cárcel para demostrar su inocencia. En su huida es ayudado por la joven artista Irene Jansen, que le da refugio en su casa y por la que pronto se sentirá atraído. Pero el rostro de Parry rostro es demasiado conocido y decide recurrir a una cirugía plástica. Con una cara nueva buscará demostrar su inocencia o vengarse.

Hedy Lamarr

Hedy Lamarr, la actriz que inventó el wifi, nació el 9 de Noviembre de 1914. Considerada como una de las actrices más bellas de Hollywood protagonizó el primer desnudo integral y el primer orgasmo proyectado en un cine comercial. De origen judío, escapó de la alianza de su marido con Hitler con secretos militares que los americanos no quisieron desarrollar y que finalmente se usarían años después en la tecnología inalámbrica que utilizamos en la actualidad. Una premisa guio su vida, saber más, y quedó plasmada en la frase que pronunció en su día: “La esperanza y la curiosidad sobre el futuro me parecían mejores que lo seguro del presente. Lo desconocido siempre fue tan atractivo para mí… y todavía lo es".

 


Hedwig Eva Maria Kiesler, conocida como Hedy Lamarr, destacó desde muy pequeña por su inteligencia. Antes de los once años ya dominaba el piano y la danza, y podía hablar cuatro idiomas. A los 16 años empezó sus estudios de artes escénicas en la escuela berlinesa del director de cine y teatro Max Reinhardt y lo compatibilizó con estudios de ingeniería.

Desde 1930 probó suerte en el cine alemán con pequeños papeles. Pronto llamó la atención y llegó el primer papel protagonista. La propuesta era una película checa dirigida por Gustav Machatý. “Éxtasis” fue calificada como drama romántico erótico y fue el primer largometraje no pornográfico en mostrar un desnudo integral de mujer, acompañado de escenas del primer orgasmo femenino en el cine.


La película se estrenó comercialmente el 14 de febrero de 1933, pero tuvo muchos problemas por su contenido sexual y provocador, y en muchos países no se llegó a estrenar en principio. El año siguiente la película consiguió una popularidad increíble a raíz de ser presentada a concurso en la segunda edición del Festival de Cine de Venecia.

Un cronista de excepción, Michelangelo Antonioni, narró el estreno el 7 de agosto de 1934: “Esa noche se podía escuchar la respiración de los espectadores cautivados, se podía sentir el escalofrío que atravesaba al público”. El cine entonces tenía muchos tabúes y el sexo era uno de ellos, y en la Italia gobernada por la dictadura de Mussolini, la expectación que levantó fue tal, que hasta el Duce le pidió al director de la Mostra que le llevase en avión una copia de la película. Mussolini gozó de un pase en exclusiva y el único comentario que hizo fue, que no se podía negar que la actriz era muy bella. La película no se censuró ni se prohibió. El dictador, que se quedó con la copia de la película, años después conocería en persona a la actriz, ya que hizo negocios con el que sería el marido de Hedy, Friedrich Mandl.

Fue una sorpresa que el festival de Venecia proyectara Éxtasis a concurso, pero el palmarés confirmó que Éxtasis era más que el desnudo que la había hecho polémica y famosa. Machatý fue premiado como el mejor director y el público consideró Éxtasis el mejor filme extranjero.

La actriz no quedó nada contenta con el resultado final. Se sintió engañada por el uso de su desnudo que en principio iba a ser disimulado, y porque el orgasmo que protagonizó no se grabó como tal, sino como escenas de total relajación.

Hedy Kiesler presionada por su familia dejó el cine y volvió al teatro para interpretar a Sissi en su Viena natal, huyendo del escándalo de la película Éxtasis. También por ese mismo motivo se casó con un hombre mayor que ella, Fritz Mandl, uno de los hombres más poderosos de Austria.

Fritz Mandl poseía una industria armamentística y entre sus clientes estaban los nacientes fascismos europeos. Mandl era tremendamente celoso, hasta el punto de intentar hacerse con todas las copias de la película Éxtasis, algo que no logró. Luego prohibió actuar a su mujer, y más tarde hasta salir si no era con él. Ella se refugió en la biblioteca del palacio en el que vivía, repleta de libros en su mayoría relacionados con la profesión de su marido, el armamento, pero en contra de lo que se pudiera esperar, Hedy se sintió atraída por este tema ya que había estudiado ingeniería. Muchas de las dudas que le surgían de sus lecturas las resolvía preguntando a los ingenieros de las fábricas de su marido, algo que su marido también terminó prohibiendo.

Mandl sólo quería tener una guapa anfitriona para sus comidas de negocios en las que se hablaba sobre todo de tecnología militar, un tema que aburriría a cualquiera, pero que atraía a la mente inquieta de Hedwig Eva Maria Kieser, así conoció que armamento se vendía a los ejércitos italianos y alemán, como funcionaba y sobre todo si existía algún defecto o limitación. Ella desde pequeña había sido especialmente inteligente y su padre había alimentado sus ansias de conocimiento.

Hedy, de origen judío, supo que su marido había desviado sus ahorros a Argentina y que Hitler por sus servicios como suministrador de armas, les había concedido el status de Arios honorarios a su marido y a ella, pero la muerte de su padre y la represión que sufría por parte de su marido la obligó a planificar su huida.



Un día tenían que celebrar una fiesta en su casa, y como era habitual, ella se encargó de todo. Entre el servicio contrató a una chica que físicamente, y salvando las distancias, se parecía a ella. Llegado el momento y alegando una jaqueca se disculpó con los invitados y se retiró a descansar acompañada de la joven. Allí consiguió sedar a la chica y cambiar sus papeles. Mientras la joven sirvienta dormía en su cama, ella huía con su ropa y su bicicleta hacia la estación de tren, con una bolsa con sus mejores vestidos, sus joyas y el dinero que había podido ir guardando. Al día siguiente, cuando todo se descubrió, ella estaba camino de París desde donde voló hasta Londres.


En Londres se encontraba buscando actores y actrices europeos Luis B. Mayer, director de una de las más importantes productoras americanas. Cuando se entrevistó con él, a éste le impresionó su belleza, pero dudo que el pudoroso mercado americano aceptase a esa chica que había aparecido completamente desnuda en una película, y le ofreció un contrato básico si iba a Estados Unidos.

Ella quería algo más y no aceptó la propuesta de Mayer, pero no iba a renunciar al sueño de ser actriz, así pues, vendió todas sus joyas y compró un pasaje de primera para América en el mismo barco en el que viajaba Luis B. Mayer. Durante el trayecto deslumbró a B. Mayer, y cuando desembarcó ya era actriz de la Metro-Goldwyn-Mayer.

Había nacido Hedy Lamarr.

Cuando Hedy Lamarr llegó a Hollywood huyendo de su marido, no tardó mucho en hacerse un sitio en la industria americana. Había firmado un acuerdo con Louis B. Mayer, y su mujer había propuesto el apellido artístico.

Después de un periodo de adaptación al idioma le bastó un pequeño papel en “Argel” para llamar la atención del mundo del cine. “Fruto dorado”, la catapultó a la fama y En 1940 enlazó tres grandes películas “No puedo vivir sin ti”, “Camarada X” y “Las Chicas de Ziegfeld”. A partir de ahí se convirtió en una estrella. Su imagen marcó tendencia y las actrices querían parecerse a Hedy Lamarr. Pero ella quería ser algo más que una actriz atractiva.

Uno de los pocos que supieron ver en Hedy algo más que un rostro bonito fue el director y excéntrico multimillonario Howard Hughes. Es conocida la relación sentimental que mantuvieron, pero su verdadera conexión se basaba en su amor por la ciencia y la invención.

Hughes admiraba la inteligencia de Hedy y le dio total acceso a sus fábricas y a su equipo de científicos para que la ayudaran a ejecutar cualquiera de sus inventos. Él estaba buscando un diseño de avión más rápido para ofrecérselo al ejército, por lo que pudiera ocurrir, ya que Europa estaba en guerra e iba a tardar poco en convertirse en una guerra mundial, y Hedy, en agradecimiento por su confianza y basándose en un estudio que hizo de la aerodinámica de aves y peces, le aconsejó que cambiara la forma y la disposición de las alas en sus aviones. Realmente los nuevos diseños funcionaron y Hughes en agradecimiento le regaló una pequeña versión del equipo científico que ella tenía en su casa, para la caravana donde se alojaba durante los rodajes de sus películas. Su relación no duró mucho porque se basó en una admiración mutua en lugar del amor.

En una fiesta Hedy conoció A George Antheil, un pianista que había creado un sistema para tocar varios pianos a la vez gracias a que había desarrollado un método para sincronizarlos. Este tema llamó la atención de Hedy que basándose en el sistema de sincronización de Antheil consiguió crear el salto de frecuencia con la idea de aplicarlo a los torpedos usados en la II guerra mundial.

Hedy Lamarr y George Antheil, después de pasar por el consejo de inventores patentaron el invento. El mismo presidente del consejo aconsejó la aplicación de este invento al ejército de los Estados Unidos. Cuando Antheil, amigo de un militar de alto rango consiguió entrevistarse con la marina, la respuesta fue que dudaban que algo así se pudiera integrar en un torpedo. Ante esta respuesta la actriz utilizó su imagen para conseguir una nueva entrevista e intentar convencer al ejército del uso del salto de frecuencia en los torpedos. La respuesta fue, que ni ellos, ni los militares que lo usaran confiaban en el invento de una mujer y terminaron con un consejo: “Señorita, si quiere ayudar a los Estados Unidos vaya a vender bonos de la guerra y deje a los que entienden hacer torpedos”.

El ejército se apropió de la idea pero no llegó a usarla hasta muchos años después. Ese invento sentó las bases de la seguridad en dispositivos Wifi, Bluetooth, GPS, teléfonos móviles y tecnología militar.

El reconocimiento público le llegó muchos años después, cuando ella se había retirado del mundo.

Hedy Lamarr, tenía un problema de conciencia. Por la mansión de su marido, el constructor de armamento Fritz Mandl, habían pasado Hitler y Mussolini, y allí había escuchado como se gestaba una guerra mundial y como su marido, conocedor del holocausto que se estaba organizando negoció para él y su mujer el status de arios honorarios que les evitaría la suerte que corrieron millones de judíos. Después de huir y llegar a América intentó que su invento destinado a acortar la guerra consiguiera aliviar esos remordimientos, pero el ejército no estaba dispuesto a usar el salto de frecuencia en sus torpedos, y por este motivo Hedy se incorporó al grupo de actores que se movilizaron para vender bonos de guerra.


Estrellas de Hollywood como Marlene Dietrich, Greer Garson, Hedy Lamarr, Bette Davis, Rita Hayworth o Carole Lombard, realizaron siete giras llamada “Stars Over America” en más de 300 ciudades y pueblos para promover la venta de Bonos de Guerra. Las cientos de estrellas de Hollywood y Broadway que participaron en las giras superaron sus cuotas asignadas y en total superaron los 830 millones de dólares.

Hedy Lamarr, en una gala para recaudar fondos pedía que los militares que iban a incorporarse al frente se identificaran para ser ovacionados, uno de ellos gritó que él prefería un beso suyo a los aplausos. Hedy le invitó a subir al escenario. Se dirigió al público y les dijo: “¿Vosotros pensáis que este valiente marinero merece un beso mío?¿Si?, Pues si en esta gala se consigue vender bonos por medio millón de dólares, este marinero se llevará al frente un beso mío y todo mi cariño”. El marinero había sido preparado previamente y todo se había orquestado por la calculadora mente de Hedy Lamarr. A pesar de que los organizadores del ejército le dijeron que era una cantidad desproporcionada ya que la gala estaba enfocada a gente más bien humilde y que el objetivo debía ser 100.000 dólares, ella confiaba en que su discurso, el de una europea que había escapado del nazismo, haría el resto.

Aquel marinero se ganó su beso porque la recaudación en bonos de guerra pasó el millón y medio de dólares. Pero no solo eso, cuando ese mismo día, fue a la gala con la empresarios y gente de clase alta para vender bonos, puso el ejemplo de lo que le había ocurrido horas antes para incentivarlos, y recaudó casi seis millones más.

Hedy Lamarr obtuvo más de 7 millones de dólares en un solo día para el ejército que había rechazado su idea para los torpedos, nadie conseguiría algo igual. En total vendió bonos por más de 25 millones de dólares a pesar de que aún no era ciudadana americana. Además, cada noche que podía iba a la Hollywood Canteen a entretener a las tropas, allí junto a otras estrellas como Bette Davies o Marlene Dietrich se encargaban de todo, desde fregar platos o servir cervezas, hasta bailar con los soldados para quienes estaba reservado en exclusiva el local.

Después de todo esto, el gobierno de los Estados Unidos, en un desagradecido gesto, se apropió de la patente alegando propiedad de un enemigo extranjero. Había perdido el status que tenían Dietrich o Garbo y Louis B. Mayer, cansado de ser rechazado por Hedy, dejó de darles papeles importantes. Ella asumió esas interpretaciones mientras duró la guerra ya que vio en estas películas con poco argumento una manera más de entretener a las tropas, pero luego se enfrentó a la MGM hasta que consiguió desvincularse y entonces dio el siguiente paso. Decidió ser productora de sus películas, algo que no cayó muy bien en las productoras ya que podía suponer el fin del monopolio de los estudios en la producción de cine.


Finalmente la Paramount le hizo una oferta y firmó para rodar las que serían sus últimas películas entre las que destaca “Sansón y Dalilah”, posiblemente la más famosa de las que rodase en su carrera.   

En el aspecto personal, su vida fue bastante desafortunada. La actriz se casó en seis ocasiones, divorciándose otras tantas veces, teniendo tres hijos.

En los últimos años de su vida decidió recluirse en su mansión de Miami aislada del mundo que no había reconocido su intelecto y sus inventos.


Cuando finalmente llegó el reconocimiento en forma del premio más importante que se le puede conceder a un inventor, el Pionner Award, ella se limitó a decir, “ya era hora”.

El día 19 de Enero del 2000 falleció Hedwig Eva Maria Kiesler, Hedy Lamarr, a los 85 años de edad. Sus cenizas se depositaron en los bosques de Viena próximos a donde vivió su infancia, y en el memorial que se creó en su honor en la capital austriaca. En la actualidad el día 9 de Noviembre es el día del inventor en su honor.



"Los pájaros" ("The birds", 1963, Alfred Hitchcock)

El ayudante de dirección no sabía cómo decirle a Tippi Hedren que los pájaros con los que tenía que trabajar en la escena del desván no iban a ser mecánicos como le había dicho Hitchcock, sino autenticas aves. Así que cuando llegó a rodar la escena ya llevaba la cara de pánico que el director quería. El rodaje de esa escena duró cinco días, Y para dar más realismo los pájaros tenían una pata atada al jersey de la actriz con hilo similar al de pescar, de tal manera que al no poder huir volvían hacia ella, aparte los adiestradores no dejaban de arrojarle pájaros. La actriz terminó llena de excrementos y picaduras de las aves, incluso un cuervo estuvo a punto de picarla en el ojo y dejó marcado su parpado. Cuando Hitchcock dio por buena la grabación la actriz se derrumbó llorando y psicológicamente muy afectada. Tuvo que tomarse una semana para recuperarse. 

El guión de la película está basado en un relato breve de Daphne Du Maurier, de quien Hitchcock ya había adaptado, “La posada de Jamaica” y “Rebeca”, y el director se hizo con los derechos para un episodio de su serie de televisión “Hitchcock presenta” pero la noticia de un ataque de pájaros sin motivo aparente le dio la idea para llevarlo al cine. 

La película fue la más complicada técnicamente que hizo el director, y la que contó con más presupuesto. A pesar de que la mayoría de los pájaros eran adiestrados. se contó con los más avanzados métodos de efectos para crear pájaros mecánicos e incluso recibió la ayuda de Disney en la postproducción para recrear mediante animación el ataque de pájaros, sobre todo en aquella en la que intervenían menores. 

El alto presupuesto que se dedicó a la parte técnica hizo que no se contratara a ninguna gran estrella, a pesar que se barajó para el papel de Mitch a Cary Grant, y para el de Melanie a Audrey Hepburn. Finalmente Hitchcock decidió que los protagonistas no fueran estrellas, quería que el protagonismo fuera para los pájaros. 

Tippi Hedren trabajaba como modelo cuando Hitchcock la vio en un anuncio de bebida dietética que el director recreó en la escena inicial de la película. La edad de de la actriz figuraba como 28 años en los comunicados de prensa cuando se estrenó la película, una falsedad nada sorprendente si se tiene en cuenta que 33 años era una edad especialmente avanzada para que una futura estrella de Hollywood hiciera su debut como actriz. La mentira se mantuvo durante cuarenta años hasta que Tippi Hedren lo confesó. 

Rod Taylor aunque había participado en películas importantes con buenos papeles, únicamente había protagonizado El tiempo en sus manos. Según confesó, en el rodaje de “Los pájaros”, donde también tuvo problemas de ataques de aves, él y Tippi se hicieron buenos amigos unidos por las durísimas circunstancias del rodaje a las que les sometió Hitchcock. 

Hitchcock omitió en el film deliberadamente toda explicación racional al comportamiento de las aves. Sabía que eso creaba mucha mayor inquietud en los espectadores, su único fin era infundir miedo haciendo que se preguntasen "¿por que han atacado los pájaros?" y "¿esto podría ocurrir en realidad?". 

El final original de Hitchcock contemplaba a los protagonistas, que terminaban escapando de los pájaros, llegando a San Francisco aliviados, hasta que se daban cuenta de que había pájaros posados por todo el puente Golden Gate y los edificios. Por falta de recursos económicos y tecnológicos, no fue posible, por este motivo suprimió el clásico "The End" del final, para lograr que la inquietud del público continuara aún después de acabada la película. 

Cuando el público salió del estreno en el Reino Unido, en el Odeon de Leicester Square (Londres), el director había montado una broma de las suyas, fue recibido por el sonido de los chillidos y aleteos de los pájaros que salían de los altavoces escondidos en los árboles para asustarlos aún más. Muchos volvieron a refugiarse al cine.

El sonido que utilizó para esa broma, no era otra cosa que la banda sonora de la película, ya que Hitchcock aconsejado por su compositor habitual Bernard Hermann, no incluyo música en la película. Se utilizó el sonido de chillidos, graznidos y batir de alas de los pájaros como banda sonora. Quedó claro quienes eran los protagonistas de la película, "Los pájaros".



“Un condenado a muerte se ha escapado”, (“Un condamné à mort s'est échappé ou Le vent souffle où il veut”, 1956, Robert Bresson)

Como recuerda el director, escrito de su puño y letra sobre la imagen de la prisión, “Esta es una historia real. La presento como es, sin ornamentos”. Para a continuación, mostrarnos las placas que recuerdan que en esa prisión no sobrevivieron 7000 de los 10000 prisioneros que pasaron por ella durante la ocupación Nazi.

Robert Bresson, que fue prisionero de guerra, adapta el relato del miembro de la resistencia André Devigny

EN 1943 Fontaine, miembro activo de la resistencia, es detenido y encerrado en la prisión de Montluc. Sabedor de que la condena que le espera es ser ejecutado, antes de ser sentenciado idea su fuga. Solo dispone de lo que hay en su mínima celda, prácticamente nada.

Como dice el director, sin ornamentos, ni falta que hace. Bresson nos mete en la celda con Fontaine, nos hace sentir su soledad, vemos lo que él y sobre todo, oímos lo que él, cuando nos damos cuenta estamos aguantando la respiración para escuchar las pisadas, intentado averiguar de dónde viene las toses, contando las campanadas, parece que cualquier mínimo ruido que nosotros hagamos puede truncar el plan de Fontaine. Los sonidos de las ráfagas de ametralladora nos pone en alerta, ¿será el siguiente? Ya sentimos la angustia de un condenado y tenemos miedo y claustrofobia, pero sobre todo deseo de huir y vivir. A estas alturas ya somos Fontaine, eso es lo que ha conseguido Bresson, y hay que ser muy, muy, muy bueno para conseguirlo, más cuando desde el título nos cuenta el final.

Un condenado a Muerte se ha escapado en una joya, una obra maestra, de las mejores películas de la historia del cine y posiblemente en todos estos rankings la más desconocidas, por desgracia.

"El viento sopla donde quiere y aunque oyes su ruido, no sabes de dónde viene y a dónde va”.



 

“La dolce vita”, (“La dolce vita", 1960, Federico Fellini)

“Mi intención con la película no fue entendida, nunca quise escandalizar, solo desdramatizar unos personajes y unos ambientes relacionados con la famosa angustia existencial de entonces. El título tampoco fue comprendido, no era un culto de a la vida dulce o fácil como dijeron. Todo era pura ironía.”

Así hablaba el propio Fellini de su película La Dolce Vita, pero el mismo director se dio cuenta de cómo había caído su film en algunos estamentos sociales cuando junto a su mujer la actriz, Giullietta Masina, y el actor protagonista Marcelo Mastroianni, tuvieron que salir entre insultos y escupitajos de su estreno en Milán. Incluso el mismo Fellini unos días después pudo ver una esquela en la puerta de una iglesia que rezaba: “Rezad por la salvación del pecador público Federico Fellini”

Gracias a algunas de sus anteriores películas se había ganado la fama de provocador, pero “La Dolce Vita” alcanzó la consideración de escándalo nacional.

Dino De Laurentiis quería que la película estuviera protagonizada por una estrella internacional como Paul Newman, pero Fellini quería a un tipo normal, y Marcelo Mastroianni fue el elegido para interpretar al fotógrafo que recorre la “Vía Véneto” en busca de noticias. Una calle que para que Fellini pudiera rodar libremente, se construyó exactamente igual en los estudios Cinecittá. El coste, que no estaba dispuesto a asumir Dino De Laurentis, salió del bolsillo del director que renuncio al porcentaje de taquilla. A Mastroiani, le acompañan en el reparto Anita Ekberg, Anouk Aimée, Yvonne Furneaux; Magali Noël, Alain Cuny o Walter Santesso.

Aunque en el estreno ante la crítica la película tuvo una gran acogida, no fue lo mismo en el estreno ante el público, muy influenciado por las condenas que recibió la película de todos aquellos que quedaban retratados en el film, desde la iglesia que calificó la película como inmoral, a los medios de comunicación. Pero solo fue el estreno, pronto y avalado también por el éxito internacional, el público llenó las salas teniendo que hacer sesiones matinales para aprovechar el tirón en taquilla.

La película consiguió la Palma de Oro de Cannes y numerosos premios internacionales, incluido un Oscar a su vestuario, aunque en algunos países como España estuvo prohibida hasta principio de los ochenta.

Para el recuerdo deja algunos momentos icónicos en la historia del cine como Anita Ekberg y su baño nocturno en la fontana di Trevi, o términos asociados como Dolce vita o Paparazzi por el fotógrafo llamado Paparazzo.

La Dolce Vita es de esas películas que no dejan indiferentes, tiene tanto seguidores como detractores, tantos que la consideran una obra maestra como una película insoportable. Como siempre, para gustos los colores y lo que es incontestable es que forma parte de la historia del cine clásico y por eso hablamos de ella.



“EL Angel Azul”,( ”Der blaue Engel”, 1930, Josef Von Sternberg)

Josef Von Sternberg llamó la atención públicamente a aquella actriz que se presentó al casting porque no llevaba preparada ninguna canción, la respuesta de ella fue: “Para que, si no tengo ninguna posibilidad de conseguir el papel”

Esa noche el director acudió al teatro donde muchas de las chicas que se habían presentado al casting actuaban en un musical, y mientras el resto de las chicas intentaba llamar la atención de Von Sternberg, una de  ellas, la que no se había preparado el papel, hizo una actuación sobria. Su estrategia dio resultado, su fría belleza y su erótica indiferencia era lo que estaba buscando el director. Von Sternberg reconoció que cuando esa noche fue al musical iba a verla a ella, supo desde que entró por la puerta del casting, que esa actriz era la que quería para el papel protagonista de su película, a pesar de que la actriz Käthe Haack ya tenía firmado un contrato y que al productor aquella joven no terminaba de gustarle. Finalmente tal como quería Von Sternberg,  el papel de Lola Lola en “El ángel azul” fue para aquella joven de 29 años desconocida hasta entonces y llamada Marie Magdalene Dietrich, que fusiono sus dos nombres para ser Marlene Dietrich.

Von Sternberg ya era un director consagrado, aunque no de éxito, en Estados Unidos cuándo fue invitado a rodar el primer film sonoro del cine alemán que iba a ser una biografía de Rasputín, pero que a petición del director fue ”Der blaue Engel”.  

La película está basada en el libro “El profesor Unrat”, del mayor de los hermanos Mann, Heinrich, y  cuenta la historia de un prestigioso profesor, que enamorado de Lola Lola, la femme fatale que interpreta Dietrich, se convierte en un payaso de cabaret.

El director se volcó con la joven actriz,  y prácticamente  fueron amantes desde el primer ensayo. El hizo que perdiera peso y la enseño a maquillarse para resaltar su belleza, incluso la enseño a mostrar esa mirada seductora que utilizaría durante toda su carrera. La actriz preparó el personaje visitando clubs y cabaret de Berlín donde, además de buscar ideas para su personaje, compro alguna prenda que luciría la película.

El personaje del profesor es interpretado por Emil Jannings, que un año antes había conseguido el primer Óscar de la historia por dos actuaciones: ”La última orden” del mismo Von Sternberg, y “El destino de la carne” de Víctor Fleming, ambas en cine mudo. El actor había vuelto a Alemania con la consideración de estrella, sabía que iba a tener problemas con el sonoro en Estados Unidos debido a su pésimo inglés, y por ese motivo decidió acompañar a Sternberg. EL venía de Estados Unidos con un Oscar y se encontró con una joven dispuesta a comerse el mundo, esto ocasiono múltiples disputas con Marlene Dietrich ya que según el actor, Von Sternberg le había dado mayor protagonismo del que tenía su personaje.

Von Sternberg sabía que la película cargada de erotismo y por ser una crítica de «la falsa moralidad y la corrupción de los valores de la clase media alemana» iba a tener problemas de exhibición en una Alemania ya muy influenciada por el radical partido Nazi, por eso envío una copia del metraje que paralelamente se había rodado en ingles a Hollywood. La Paramount que estaba buscando competencia para Greta Garbo vio en Marlene Dietrich esa opción. La actriz dejó en Alemania marido e hija, y se marchó con Von Sternberg  rumbo a América la misma noche del estreno de “El Ángel Azul” en Berlín.

A los pocos días la película fue prohibida en Alemania.  En Estados Unidos, la Paramount prefirió que una película tan controvertida y sensual con “The Blue Angel” no fuera el debut de su futura estrella en el país y prefirió que la primera película americana de Marlene Dietrich fuese “Morocco”, a las órdenes de Von Sternberg y por la que consiguió su primera nominación a los Oscars.

“El Ángel Azul” fue un éxito absoluto en todo el mundo y convirtió a Marlene Dietrich en una estrella.






 

“Senderos de Gloria”, (“Paths of Glory”, 1957, Stanley Kubrick)

Lo más duro de esta película, que nos muestra con todo realismo la crudeza de la guerra, es que está basada en hechos reales. A imitación de la antigua Roma, Francia tomó la medida de ejecutar soldados al azar para castigar la derrota de una unidad, alegando la cobardía como causa de no haber conseguido el objetivo militar. En palabras del general Boulard, “El modo de mantener la disciplina es ejecutar de vez en cuando” y Este acto era considerado necesario para la obtención de una victoria global, eran los “Senderos de gloria” que tomaban los generales para escalar en el escalafón, “Senderos de gloria” empedrados con los cuerpos de soldados anónimos que eran prescindibles en nombre del falso patriotismo.

El libro de Humphrey Cobb, basado en sus vivencias en la I guerra Mundial, llamó la atención de Kubrick que en cuanto consiguió el éxito de Atraco perfecto se propuso llevarlo a la gran pantalla, pero no contó con el apoyo de United Artist. Kirk Douglas, deslumbrado por la anterior película de Kubrick, si confió en él y se ofreció a la compañía para coproducir la película y a protagonizarla sin percibir el salario que le correspondería por su interpretación, y con este aval la U.A. dio el visto bueno al proyecto.

El director nos pone en situación de lo que vamos a ver cuando desde un lujoso palacio erigido como sede del estado mayor, el general Mireau hace un frio cálculo de las victimas que van a caer en las embarradas trincheras y en las alambradas camino de la Colina de las Hormigas. Pero nada hace suponer lo que vamos a ver cuando suena el silbato del Coronel Dax (Kirk Douglas) que marca el inicio de la batalla. Sin escatimar en realismo se nos muestra con todo detalle la crueldad de la guerra. Kubrick no nos deja ver al ejército enemigo porque no es una batalla de franceses contra alemanes, sino una batalla entre hombres iguales para mayor gloria de sus generales. En esto reside el antimilitarismo de la película.

Pero a la sinrazón de la misión suicida, sigue la sinrazón del consejo de guerra tratando de cobardes a los supervivientes, y todo para que el “patriota” general eluda su responsabilidad.

Para terminar dos momentos que apuntalan esta obra maestra, la sentencia que pronuncia el coronel sobre el falso patriotismo, “Es el último refugio de los canallas” y el final apoteósico del filme, cuando se muestra al regimiento francés una prisionera alemana para que les entretenga cantando, lo que viene a continuación es el gran mensaje de la película, en la guerra todos son víctimas.

El reparto lo encabeza un gran Kirk Douglas en el papel del Coronel Dax, uno de los más importantes de su carrera, dejando el papel de malos de la película a George Macready y Adolphe Menjou como los generales Mireau y Boulard. Por último el papel de la prisionera alemana lo interpreta Christiane Harlan, que tras el film se convirtió en la mujer con la que Kubrick compartiría el resto de su vida.

“Senderos de Gloria” cosecho un gran éxito en América de crítica que otorgó la categoría a la película desde su estreno de obra maestra y elevando a su director al status de los más grandes directores. En Europa, en cambio levantó asperezas, y provocó la condena de las autoridades francesas por la imagen que proyectaba de su ejército. Por la presión de Francia la película no se estrenó en varios países de Europa. En Francia, en cambio, no se prohibió, pero nadie pudo verla porque nadie se atrevió a pedir la licencia de exhibición hasta 1972. En España no se estrenó hasta 1986 censurada por su antimilitarismo.

“Senderos de Gloria” es de las películas que es obligado ver, no solo por ser una obra maestra, también porque indigna y remueve conciencias, y porque Kubrick nos invita a sacar nuestras propias conclusiones de lo que supone la guerra. Él pone en palabras del Coronel Dax su opinión: “Hay ocasiones en que siento vergüenza de pertenecer a la raza humana, y esta, es una de ellas”.



Irene Dunne, la actriz preferida de las mujeres

No tenía la idea de ser actriz y llegó al cine después de una frustrada carrera musical, y no es que no tuviese una gran voz, es que su objetivo era ser cantante de ópera, por ese motivo, cuando no fue aceptada en las pruebas del Metropolitan de Nueva York se paso a la comedia musical de Broadway donde su voz destacaba especialmente.

Al margen de su voz, su cara tenía algo, y pronto un cazatalentos se fijó en ella cuando interpretaba “Magnolia” que luego haría en la versión cinematográfica. Ese algo que tenía hizo que fuese la actriz preferida en los años 30 por las mujeres ya que se identificaban con ella. Su belleza no era arrebatadora como la de otras actrices, más bien su rostro suave y jovial era el de una buena chica.

Debutó en el cine en 1931 con la oscarizada “Cimarron” e Irene consiguió la primera de sus cinco nominaciones a los oscars. Cimarrón fue la primera de una carrera llena de grandes películas e interpretaciones como “La usurpadora” (1932), “La pícara puritana” (1935), “Tu y yo” (1939), “Mi mujer favorita” (1940), “Serenata nostálgica” (1941), “Dos en el cielo” (1943), “Ana y el rey de Siam” (1946) o “Nunca la olvidaré” (1948).

La lista de los directores para la que trabajó es de lo más completa: John M. Stahl, Michael Curtiz, La Cava, M. LeRoy, William Wellman, Clarence Brown, Charles Vidor, George Stevens, John Cromwell y Leo McCarey. Protagonizó melodramas, fue heroína romántica, y se movía a la perfección en los musicales y en la comedia. En “Roberta” junto a Fred y Ginger Rogers puso voz por primera vez a uno de los temas más importantes de la historia de la música “Smoke gets in your eyes”.

La actriz rodó unas cuarenta películas en poco más de veinte años de carrera, retirándose con apenas 50 años cuando prácticamente todas las películas que hacía eran éxitos y contaba con la admiración del público. No quería saber lo que era el fracaso o hacerse mayor ante las cámaras. De hecho, el mantenerse joven era algo que siempre había cuidado. La actriz comentó que su secreto para mantenerse bien era dormir, y por eso cuando alcanzó el estatus de estrella pudo incluir en los contratos de sus películas una cláusula por la que nunca empezaría a trabajar antes de las 10 de la mañana.

Cuando se retiró se dedicó a hacer labores humanitarias. Eisenhower, al que había apoyado en su carrera a la presidencia, la nombró delegada de los Estados Unidos ante la asamblea de las Naciones Unidas.

Murió en 1990, ese año la academia estudiaba darle el Oscar honorífico.



“El buscavidas”, (“The hustler”, 1961, Robert Rossen)

“El buscavidas”, estrenada en 1961, retrata una época oscura y lúgubre mucho más real que los animosos años 50 que aparecen en otras películas.

Salas de billar oscuras, desangeladas habitaciones de hostales, sucios bares de estación o un apartamento de mala muerte son los escenarios por los que se mueven los personajes que aparecen en la película, perdedores o fracasados que intentan salir como sea de ese ambiente. En esa situación se encontraba gran parte de los norteamericanos en aquella época.

Robert Rossen fue uno de los directores marcados por la caza de brujas del senador McCarthy por su pasado comunista y finalmente sometido a un boicot por parte de los estudios delato a varios compañeros. Antes había dirigido y producido “El político” que gano el Oscar a la mejor película, pero después de quedar marcado por el comité de actividades Antiamericanas puso tierra de por medio para trabajar en Europa, de donde volvió para rodar “El buscavidas”. Fue su penúltima película ya que se encontraba enfermo durante el rodaje.

La película fue un gran éxito de crítica y público, aunque no se viera reflejado en los oscars donde solo ganó el de fotografía y mejor dirección artística. Dos de nueve nominaciones entre las que estaban mejor película, mejor director y mejor guión, las tres nominaciones a nombre de Rossen, la de mejor actor a Paul Newman, la mejor actriz a Piper Laurie, y el mejor secundario a George G Scott.

Paul Newman que interpreta a Eddie el rápido, hace una de las mejores interpretaciones de su carrera. El actor que no sabía coger un taco de billar se sometió a un estricto entrenamiento por parte del considerado mejor jugador de la historia del billar americano, Willie Mosconi, que pudo supervisar directamente las partidas ya que participó en la película como el encargado de las apuestas en las partidas importantes.

Paul Newman alcanzó un gran nivel de destreza y pudo hacer todas las escenas de la película excepto una, reservada solo a los mejores y que tuvo que hacer el mismo Mosconi.

Jackie Gleason interpreta al gordo de Minnesota, una gran actuación en la que al actor también interpreta todos los golpes que hace en la película. A diferencia de Newman, Gleason ya era un gran jugador acostumbrado a enfrentarse incluso a profesionales, algo que Newman no sabía y en partidas, que ambos jugaban fuera del filme como entretenimiento, perdió contra Gleason alguna apuesta importante por el método del buscavidas, esto es, dejarse ganar para inflar la apuesta de la partida definitiva.

Piper Laurie, interpreta una chica perdedora, alcohólica y tullida con la que Eddie empieza una relación. La interpretación, la mejor de su carrera, le valió la nominación al Oscar y supuso un punto y aparte de quince años en su carrera para dedicarse a su familia, especialmente a su hija Anne. Volvería en 1976 para a las órdenes de De Palma ser la madre de Carrie.

George C. Scott, que interpreta al mafioso que quiere sacar tajada en el mundo del billar, también obtuvo una nominación al Oscar, que no aceptó igual que hizo cuando ganó el premio por Patton, el motivo, no estar de acuerdo con el sistema de nominaciones que enfrentaba a compañeros de profesión.

En 1986, Paul Newman volvió a interpretar a Eddie el rápido dirigido por Scorsese en “El color del dinero”. La idea de retomar el personaje le vino a Scorsese cuando vio “El buscavidas” y pensó a que se podría haber dedicado Eddie después del filme. El director le situó como maestro de un nuevo buscavidas que interpretó Tom Cruise. En esta ocasión la academia si le concedió el Oscar que le debió haber dado por “El buscavidas”.

“El buscavidas” es la mejor película de billar de la historia, y su éxito llenó las salas de billar de toda Norteamérica, pero al margen de esto, la película en sí está considerada, prácticamente desde su estreno, como un clásico y el paso del tiempo la ha convertido en una obra maestra del cine.



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