“Un condenado a muerte se ha escapado”, (“Un condamné à mort s'est échappé ou Le vent souffle où il veut”, 1956, Robert Bresson)

Como recuerda el director, escrito de su puño y letra sobre la imagen de la prisión, “Esta es una historia real. La presento como es, sin ornamentos”. Para a continuación, mostrarnos las placas que recuerdan que en esa prisión no sobrevivieron 7000 de los 10000 prisioneros que pasaron por ella durante la ocupación Nazi.

Robert Bresson, que fue prisionero de guerra, adapta el relato del miembro de la resistencia André Devigny

EN 1943 Fontaine, miembro activo de la resistencia, es detenido y encerrado en la prisión de Montluc. Sabedor de que la condena que le espera es ser ejecutado, antes de ser sentenciado idea su fuga. Solo dispone de lo que hay en su mínima celda, prácticamente nada.

Como dice el director, sin ornamentos, ni falta que hace. Bresson nos mete en la celda con Fontaine, nos hace sentir su soledad, vemos lo que él y sobre todo, oímos lo que él, cuando nos damos cuenta estamos aguantando la respiración para escuchar las pisadas, intentado averiguar de dónde viene las toses, contando las campanadas, parece que cualquier mínimo ruido que nosotros hagamos puede truncar el plan de Fontaine. Los sonidos de las ráfagas de ametralladora nos pone en alerta, ¿será el siguiente? Ya sentimos la angustia de un condenado y tenemos miedo y claustrofobia, pero sobre todo deseo de huir y vivir. A estas alturas ya somos Fontaine, eso es lo que ha conseguido Bresson, y hay que ser muy, muy, muy bueno para conseguirlo, más cuando desde el título nos cuenta el final.

Un condenado a Muerte se ha escapado en una joya, una obra maestra, de las mejores películas de la historia del cine y posiblemente en todos estos rankings la más desconocidas, por desgracia.

"El viento sopla donde quiere y aunque oyes su ruido, no sabes de dónde viene y a dónde va”.



 

“La dolce vita”, (“La dolce vita", 1960, Federico Fellini)

“Mi intención con la película no fue entendida, nunca quise escandalizar, solo desdramatizar unos personajes y unos ambientes relacionados con la famosa angustia existencial de entonces. El título tampoco fue comprendido, no era un culto de a la vida dulce o fácil como dijeron. Todo era pura ironía.”

Así hablaba el propio Fellini de su película La Dolce Vita, pero el mismo director se dio cuenta de cómo había caído su film en algunos estamentos sociales cuando junto a su mujer la actriz, Giullietta Masina, y el actor protagonista Marcelo Mastroianni, tuvieron que salir entre insultos y escupitajos de su estreno en Milán. Incluso el mismo Fellini unos días después pudo ver una esquela en la puerta de una iglesia que rezaba: “Rezad por la salvación del pecador público Federico Fellini”

Gracias a algunas de sus anteriores películas se había ganado la fama de provocador, pero “La Dolce Vita” alcanzó la consideración de escándalo nacional.

Dino De Laurentiis quería que la película estuviera protagonizada por una estrella internacional como Paul Newman, pero Fellini quería a un tipo normal, y Marcelo Mastroianni fue el elegido para interpretar al fotógrafo que recorre la “Vía Véneto” en busca de noticias. Una calle que para que Fellini pudiera rodar libremente, se construyó exactamente igual en los estudios Cinecittá. El coste, que no estaba dispuesto a asumir Dino De Laurentis, salió del bolsillo del director que renuncio al porcentaje de taquilla. A Mastroiani, le acompañan en el reparto Anita Ekberg, Anouk Aimée, Yvonne Furneaux; Magali Noël, Alain Cuny o Walter Santesso.

Aunque en el estreno ante la crítica la película tuvo una gran acogida, no fue lo mismo en el estreno ante el público, muy influenciado por las condenas que recibió la película de todos aquellos que quedaban retratados en el film, desde la iglesia que calificó la película como inmoral, a los medios de comunicación. Pero solo fue el estreno, pronto y avalado también por el éxito internacional, el público llenó las salas teniendo que hacer sesiones matinales para aprovechar el tirón en taquilla.

La película consiguió la Palma de Oro de Cannes y numerosos premios internacionales, incluido un Oscar a su vestuario, aunque en algunos países como España estuvo prohibida hasta principio de los ochenta.

Para el recuerdo deja algunos momentos icónicos en la historia del cine como Anita Ekberg y su baño nocturno en la fontana di Trevi, o términos asociados como Dolce vita o Paparazzi por el fotógrafo llamado Paparazzo.

La Dolce Vita es de esas películas que no dejan indiferentes, tiene tanto seguidores como detractores, tantos que la consideran una obra maestra como una película insoportable. Como siempre, para gustos los colores y lo que es incontestable es que forma parte de la historia del cine clásico y por eso hablamos de ella.



“EL Angel Azul”,( ”Der blaue Engel”, 1930, Josef Von Sternberg)

Josef Von Sternberg llamó la atención públicamente a aquella actriz que se presentó al casting porque no llevaba preparada ninguna canción, la respuesta de ella fue: “Para que, si no tengo ninguna posibilidad de conseguir el papel”

Esa noche el director acudió al teatro donde muchas de las chicas que se habían presentado al casting actuaban en un musical, y mientras el resto de las chicas intentaba llamar la atención de Von Sternberg, una de  ellas, la que no se había preparado el papel, hizo una actuación sobria. Su estrategia dio resultado, su fría belleza y su erótica indiferencia era lo que estaba buscando el director. Von Sternberg reconoció que cuando esa noche fue al musical iba a verla a ella, supo desde que entró por la puerta del casting, que esa actriz era la que quería para el papel protagonista de su película, a pesar de que la actriz Käthe Haack ya tenía firmado un contrato y que al productor aquella joven no terminaba de gustarle. Finalmente tal como quería Von Sternberg,  el papel de Lola Lola en “El ángel azul” fue para aquella joven de 29 años desconocida hasta entonces y llamada Marie Magdalene Dietrich, que fusiono sus dos nombres para ser Marlene Dietrich.

Von Sternberg ya era un director consagrado, aunque no de éxito, en Estados Unidos cuándo fue invitado a rodar el primer film sonoro del cine alemán que iba a ser una biografía de Rasputín, pero que a petición del director fue ”Der blaue Engel”.  

La película está basada en el libro “El profesor Unrat”, del mayor de los hermanos Mann, Heinrich, y  cuenta la historia de un prestigioso profesor, que enamorado de Lola Lola, la femme fatale que interpreta Dietrich, se convierte en un payaso de cabaret.

El director se volcó con la joven actriz,  y prácticamente  fueron amantes desde el primer ensayo. El hizo que perdiera peso y la enseño a maquillarse para resaltar su belleza, incluso la enseño a mostrar esa mirada seductora que utilizaría durante toda su carrera. La actriz preparó el personaje visitando clubs y cabaret de Berlín donde, además de buscar ideas para su personaje, compro alguna prenda que luciría la película.

El personaje del profesor es interpretado por Emil Jannings, que un año antes había conseguido el primer Óscar de la historia por dos actuaciones: ”La última orden” del mismo Von Sternberg, y “El destino de la carne” de Víctor Fleming, ambas en cine mudo. El actor había vuelto a Alemania con la consideración de estrella, sabía que iba a tener problemas con el sonoro en Estados Unidos debido a su pésimo inglés, y por ese motivo decidió acompañar a Sternberg. EL venía de Estados Unidos con un Oscar y se encontró con una joven dispuesta a comerse el mundo, esto ocasiono múltiples disputas con Marlene Dietrich ya que según el actor, Von Sternberg le había dado mayor protagonismo del que tenía su personaje.

Von Sternberg sabía que la película cargada de erotismo y por ser una crítica de «la falsa moralidad y la corrupción de los valores de la clase media alemana» iba a tener problemas de exhibición en una Alemania ya muy influenciada por el radical partido Nazi, por eso envío una copia del metraje que paralelamente se había rodado en ingles a Hollywood. La Paramount que estaba buscando competencia para Greta Garbo vio en Marlene Dietrich esa opción. La actriz dejó en Alemania marido e hija, y se marchó con Von Sternberg  rumbo a América la misma noche del estreno de “El Ángel Azul” en Berlín.

A los pocos días la película fue prohibida en Alemania.  En Estados Unidos, la Paramount prefirió que una película tan controvertida y sensual con “The Blue Angel” no fuera el debut de su futura estrella en el país y prefirió que la primera película americana de Marlene Dietrich fuese “Morocco”, a las órdenes de Von Sternberg y por la que consiguió su primera nominación a los Oscars.

“El Ángel Azul” fue un éxito absoluto en todo el mundo y convirtió a Marlene Dietrich en una estrella.






 

“Senderos de Gloria”, (“Paths of Glory”, 1957, Stanley Kubrick)

Lo más duro de esta película, que nos muestra con todo realismo la crudeza de la guerra, es que está basada en hechos reales. A imitación de la antigua Roma, Francia tomó la medida de ejecutar soldados al azar para castigar la derrota de una unidad, alegando la cobardía como causa de no haber conseguido el objetivo militar. En palabras del general Boulard, “El modo de mantener la disciplina es ejecutar de vez en cuando” y Este acto era considerado necesario para la obtención de una victoria global, eran los “Senderos de gloria” que tomaban los generales para escalar en el escalafón, “Senderos de gloria” empedrados con los cuerpos de soldados anónimos que eran prescindibles en nombre del falso patriotismo.

El libro de Humphrey Cobb, basado en sus vivencias en la I guerra Mundial, llamó la atención de Kubrick que en cuanto consiguió el éxito de Atraco perfecto se propuso llevarlo a la gran pantalla, pero no contó con el apoyo de United Artist. Kirk Douglas, deslumbrado por la anterior película de Kubrick, si confió en él y se ofreció a la compañía para coproducir la película y a protagonizarla sin percibir el salario que le correspondería por su interpretación, y con este aval la U.A. dio el visto bueno al proyecto.

El director nos pone en situación de lo que vamos a ver cuando desde un lujoso palacio erigido como sede del estado mayor, el general Mireau hace un frio cálculo de las victimas que van a caer en las embarradas trincheras y en las alambradas camino de la Colina de las Hormigas. Pero nada hace suponer lo que vamos a ver cuando suena el silbato del Coronel Dax (Kirk Douglas) que marca el inicio de la batalla. Sin escatimar en realismo se nos muestra con todo detalle la crueldad de la guerra. Kubrick no nos deja ver al ejército enemigo porque no es una batalla de franceses contra alemanes, sino una batalla entre hombres iguales para mayor gloria de sus generales. En esto reside el antimilitarismo de la película.

Pero a la sinrazón de la misión suicida, sigue la sinrazón del consejo de guerra tratando de cobardes a los supervivientes, y todo para que el “patriota” general eluda su responsabilidad.

Para terminar dos momentos que apuntalan esta obra maestra, la sentencia que pronuncia el coronel sobre el falso patriotismo, “Es el último refugio de los canallas” y el final apoteósico del filme, cuando se muestra al regimiento francés una prisionera alemana para que les entretenga cantando, lo que viene a continuación es el gran mensaje de la película, en la guerra todos son víctimas.

El reparto lo encabeza un gran Kirk Douglas en el papel del Coronel Dax, uno de los más importantes de su carrera, dejando el papel de malos de la película a George Macready y Adolphe Menjou como los generales Mireau y Boulard. Por último el papel de la prisionera alemana lo interpreta Christiane Harlan, que tras el film se convirtió en la mujer con la que Kubrick compartiría el resto de su vida.

“Senderos de Gloria” cosecho un gran éxito en América de crítica que otorgó la categoría a la película desde su estreno de obra maestra y elevando a su director al status de los más grandes directores. En Europa, en cambio levantó asperezas, y provocó la condena de las autoridades francesas por la imagen que proyectaba de su ejército. Por la presión de Francia la película no se estrenó en varios países de Europa. En Francia, en cambio, no se prohibió, pero nadie pudo verla porque nadie se atrevió a pedir la licencia de exhibición hasta 1972. En España no se estrenó hasta 1986 censurada por su antimilitarismo.

“Senderos de Gloria” es de las películas que es obligado ver, no solo por ser una obra maestra, también porque indigna y remueve conciencias, y porque Kubrick nos invita a sacar nuestras propias conclusiones de lo que supone la guerra. Él pone en palabras del Coronel Dax su opinión: “Hay ocasiones en que siento vergüenza de pertenecer a la raza humana, y esta, es una de ellas”.



Irene Dunne, la actriz preferida de las mujeres

No tenía la idea de ser actriz y llegó al cine después de una frustrada carrera musical, y no es que no tuviese una gran voz, es que su objetivo era ser cantante de ópera, por ese motivo, cuando no fue aceptada en las pruebas del Metropolitan de Nueva York se paso a la comedia musical de Broadway donde su voz destacaba especialmente.

Al margen de su voz, su cara tenía algo, y pronto un cazatalentos se fijó en ella cuando interpretaba “Magnolia” que luego haría en la versión cinematográfica. Ese algo que tenía hizo que fuese la actriz preferida en los años 30 por las mujeres ya que se identificaban con ella. Su belleza no era arrebatadora como la de otras actrices, más bien su rostro suave y jovial era el de una buena chica.

Debutó en el cine en 1931 con la oscarizada “Cimarron” e Irene consiguió la primera de sus cinco nominaciones a los oscars. Cimarrón fue la primera de una carrera llena de grandes películas e interpretaciones como “La usurpadora” (1932), “La pícara puritana” (1935), “Tu y yo” (1939), “Mi mujer favorita” (1940), “Serenata nostálgica” (1941), “Dos en el cielo” (1943), “Ana y el rey de Siam” (1946) o “Nunca la olvidaré” (1948).

La lista de los directores para la que trabajó es de lo más completa: John M. Stahl, Michael Curtiz, La Cava, M. LeRoy, William Wellman, Clarence Brown, Charles Vidor, George Stevens, John Cromwell y Leo McCarey. Protagonizó melodramas, fue heroína romántica, y se movía a la perfección en los musicales y en la comedia. En “Roberta” junto a Fred y Ginger Rogers puso voz por primera vez a uno de los temas más importantes de la historia de la música “Smoke gets in your eyes”.

La actriz rodó unas cuarenta películas en poco más de veinte años de carrera, retirándose con apenas 50 años cuando prácticamente todas las películas que hacía eran éxitos y contaba con la admiración del público. No quería saber lo que era el fracaso o hacerse mayor ante las cámaras. De hecho, el mantenerse joven era algo que siempre había cuidado. La actriz comentó que su secreto para mantenerse bien era dormir, y por eso cuando alcanzó el estatus de estrella pudo incluir en los contratos de sus películas una cláusula por la que nunca empezaría a trabajar antes de las 10 de la mañana.

Cuando se retiró se dedicó a hacer labores humanitarias. Eisenhower, al que había apoyado en su carrera a la presidencia, la nombró delegada de los Estados Unidos ante la asamblea de las Naciones Unidas.

Murió en 1990, ese año la academia estudiaba darle el Oscar honorífico.



“El buscavidas”, (“The hustler”, 1961, Robert Rossen)

“El buscavidas”, estrenada en 1961, retrata una época oscura y lúgubre mucho más real que los animosos años 50 que aparecen en otras películas.

Salas de billar oscuras, desangeladas habitaciones de hostales, sucios bares de estación o un apartamento de mala muerte son los escenarios por los que se mueven los personajes que aparecen en la película, perdedores o fracasados que intentan salir como sea de ese ambiente. En esa situación se encontraba gran parte de los norteamericanos en aquella época.

Robert Rossen fue uno de los directores marcados por la caza de brujas del senador McCarthy por su pasado comunista y finalmente sometido a un boicot por parte de los estudios delato a varios compañeros. Antes había dirigido y producido “El político” que gano el Oscar a la mejor película, pero después de quedar marcado por el comité de actividades Antiamericanas puso tierra de por medio para trabajar en Europa, de donde volvió para rodar “El buscavidas”. Fue su penúltima película ya que se encontraba enfermo durante el rodaje.

La película fue un gran éxito de crítica y público, aunque no se viera reflejado en los oscars donde solo ganó el de fotografía y mejor dirección artística. Dos de nueve nominaciones entre las que estaban mejor película, mejor director y mejor guión, las tres nominaciones a nombre de Rossen, la de mejor actor a Paul Newman, la mejor actriz a Piper Laurie, y el mejor secundario a George G Scott.

Paul Newman que interpreta a Eddie el rápido, hace una de las mejores interpretaciones de su carrera. El actor que no sabía coger un taco de billar se sometió a un estricto entrenamiento por parte del considerado mejor jugador de la historia del billar americano, Willie Mosconi, que pudo supervisar directamente las partidas ya que participó en la película como el encargado de las apuestas en las partidas importantes.

Paul Newman alcanzó un gran nivel de destreza y pudo hacer todas las escenas de la película excepto una, reservada solo a los mejores y que tuvo que hacer el mismo Mosconi.

Jackie Gleason interpreta al gordo de Minnesota, una gran actuación en la que al actor también interpreta todos los golpes que hace en la película. A diferencia de Newman, Gleason ya era un gran jugador acostumbrado a enfrentarse incluso a profesionales, algo que Newman no sabía y en partidas, que ambos jugaban fuera del filme como entretenimiento, perdió contra Gleason alguna apuesta importante por el método del buscavidas, esto es, dejarse ganar para inflar la apuesta de la partida definitiva.

Piper Laurie, interpreta una chica perdedora, alcohólica y tullida con la que Eddie empieza una relación. La interpretación, la mejor de su carrera, le valió la nominación al Oscar y supuso un punto y aparte de quince años en su carrera para dedicarse a su familia, especialmente a su hija Anne. Volvería en 1976 para a las órdenes de De Palma ser la madre de Carrie.

George C. Scott, que interpreta al mafioso que quiere sacar tajada en el mundo del billar, también obtuvo una nominación al Oscar, que no aceptó igual que hizo cuando ganó el premio por Patton, el motivo, no estar de acuerdo con el sistema de nominaciones que enfrentaba a compañeros de profesión.

En 1986, Paul Newman volvió a interpretar a Eddie el rápido dirigido por Scorsese en “El color del dinero”. La idea de retomar el personaje le vino a Scorsese cuando vio “El buscavidas” y pensó a que se podría haber dedicado Eddie después del filme. El director le situó como maestro de un nuevo buscavidas que interpretó Tom Cruise. En esta ocasión la academia si le concedió el Oscar que le debió haber dado por “El buscavidas”.

“El buscavidas” es la mejor película de billar de la historia, y su éxito llenó las salas de billar de toda Norteamérica, pero al margen de esto, la película en sí está considerada, prácticamente desde su estreno, como un clásico y el paso del tiempo la ha convertido en una obra maestra del cine.



“M, El vampiro de Düsseldorf” (“M”, 1931, Fritz Lang)

Peter Kürten se hizo famoso en los años 20 por haberse convertido en un asesino en serie, que además, en muchos casos violaba a sus víctimas. Comenzó su macabra carrera en 1925 con el asesinato de una niña a la que quitó la vida con unas tijeras para luego beber su sangre, había nacido la leyenda de “EL vampiro de Düsseldorf”. En 1929, su año más sangriento, sembró el pánico en la ciudad con cuatro crueles asesinatos. Los ciudadanos no se atrevían a salir de casa y la policía que no tenía una sola pista ofreció una suculenta recompensa. En 1931, el asesino cometió un error, una joven que creyó muerta después de intentar asfixiarla mientras la violaba, pudo dar detalles para hacer un retrato robot. El asesino, acorralado, hizo que su mujer le delatase para cobrar la recompensa. Al juicio, en el que el asesino reconoció 79 delitos y en el que fue condenado por nueve asesinatos a ser decapitado, asistió el director Fritz Lang que no se perdió ni una sola sesión, y la historia de Kürten inspiró M, el vampiro de Düsseldorf.

Ese mismo año Lang dirigió “M” que es la abreviatura de Mörder "asesino" en alemán, su primera película sonora. Desde el primer momento, empezó a hacer publicidad con anuncios en la prensa que rezaban: “El asesino está entre nosotros”. Cuando intentó empezar el rodaje, los estudios le negaron el acceso. Todo quedó aclarado al presentar el guion, el director del estudio que pertenecía al partido Nazi, pensó que el asesino al que aludían los anuncios de Lang era el mismo Fürher y la película iba a ser un alegato contra Hitler y su política.

El protagonista del Film es Peter Lorre que interpreta a Hans Beckert al que Lang presenta como un asesino de niñas. Lang no necesita mostrar explícitamente los asesinatos, con la técnica del fuera de cámara, una pelota rodando o un globo volando sutilmente nos pone en situación. La imagen del asesino está constantemente acompañada del silbido del tema “In the hall of the mountain King” de Edvarg Grieg. El silbido no fue interpretado por Peter Lorre que no sabía silbar y lo hizo la coguionista y pareja de Fritz Lang, Thea Von Harbou. Este personaje que le dio a Peter Lorre una fama mundial, también le encasilló en papeles de villano. 

Un asunto que refleja Lang en el film y que tomó de la historia original, fue la implicación en la búsqueda del asesino de delincuentes y mendigos de la ciudad acosados por las continuas redadas que hacía la policía intentando encontrar. El director conoció de primera mano cómo se organizó la busca y captura del asesino, ya que contó en el reparto con una veintena de los delincuentes que había participado en la caza de Kürten, incluso esa misma organización le avisó de cuando se iban a producir redadas en el rodaje para detener a esos particulares extras y así poder evitar sus detenciones.

Desde su primera película sonora Lang maneja el sonido usando la banda sonora, o mejor dicho el tema musical, como un recurso cinematográfico para ser parte fundamental de la trama del film y no como una mera música de fondo.

Como en toda la filmografía de Lang llama la atención una fotografía llena de contrastes, luces y sombras en la que ya era un maestro y que abre la puerta al cine negro y al subgénero de asesinos en serie.

Fritz Lang, en una genialidad, nos permite escuchar un alegato sobrecogedor del asesino y la desesperación de las madres, para a continuación dejarnos la tarea de ser jueces.

De esta brillante manera Lang creo una de sus múltiples obras maestras, imprescindible de ver, incluso más de una vez, para todo aquel que se considere amante del séptimo arte.



Paulette Goddard, la chica que enamoró a Chaplin

Paulette Goddard, era hija única de un matrimonio divorciado desde que ella era pequeña, Creció junto a su madre y bajo la protección de su tio abuelo Charles Goddard, un empresario de éxito que utilizó sus influencias para que su sobrina empezara con 14 años su carrera como modelo y como artista en el Ziegfeld follies. Un posado desnuda con tan solo 16 años llamó la atención de la sociedad neoyorkina y ese mismo año se casó con el millonario Edgard James, mucho mayor que ella. Dos años después se divorció obteniendo un importante compensación económica.

Sin prisas, debido a su desahogada situación económica, decidió probar suerte en Hollywood, empezando por pequeñas apariciones. Su alto nivel económico le permitía estar a nivel de las estrellas, y fue así como en un crucero conoció a Charles Chaplin, con el que empezó una relación oculta. Después de recomendar a la actriz un cambio de imagen, dejando su rubio platino por su moreno natural, la incluyo en la que sería la última película de Charlot “Tiempos modernos”.

Tras la película se embarcaron en un viaje por extremo oriente y en China se casaron en secreto. Paulette Goddard se convirtió en la tercera mujer Chaplin.

George Cukor contó con ella para “Mujeres”, junto a Norma Shearer, Joan Crawford, Rosalind Russell y Joan Fontaine que sería un gran éxito y “El gato y el canario” junto a Bob Hope, y esto le abrió la puerta de la Paramount con quien firmó un contrato de diez años.

Un año antes la actriz había sufrido un importante revés al ser la primera opción para interpretar a Scarlet O´Hara pero en el último momento el papel fue para Vivien Leigh. Parece ser que uno de los motivos del cambio de última hora fue que el productor Selznick no quería que Charles Chaplin le restase protagonismo y prefirió para el papel a una desconocida del público americano.

En 1940 Chaplin contó con ella para su siguiente película “El gran dictador”. Tras esta película Goddard y el actor se distanciaron cada uno centrado en su trabajo. Un par de años más tarde concretaron el divorcio aunque nunca dejaron de ser buenos amigos.

Los años cuarenta fueron los más fructíferos de su carrera participando en casi una treintena de películas entre las que destacan “Policía montada del Canadá” (1940) de Cecil B. DeMille, “El arca de oro” (1941) junto a James Stewart, “Si no amaneciera” (1941) con Charles Boyer y Olivia de Havilland, “Piratas del mar Caribe” (1942) de nuevo con DeMille y con John Wayne de compañero de reparto, “Diario de una camarera” (1946) a las ordenes de Jean Renoir en una de las películas de su etapa americana y de nuevo con DeMille en “Los inconquistables” (1947) con Gary Cooper.

 

A pesar de semejante curriculum la Paramount decidió en 1950 no renovarla, parece ser que DeMille movió los hilos tras importantes discusiones en la película “Los inconquistables”. La actriz que había gestionado como pocos su patrimonio decidió en 1954 poner fin a su carrera, retirándose del cine y dedicándose esporádicamente a la televisión.

En 1958 se volvió a casar, esta vez con Erich Maria Remarque, escritor de la famosa obra “Sin novedad en el frente”, con el que vivió hasta el fallecimiento de este en 1970, heredando toda su fortuna.

La actriz retirada no dejó de codearse con la flor y nata de Hollywood, asistiendo a celebraciones y fiestas y aportando el glamour de los años dorados de Hollywood.

Cuando falleció en 1990 a los 79 años, sin herederos, dejó gran parte de su fortuna a obras sociales siendo el mayor beneficiario la Universidad de Nueva York a la que legó más de 20 millones de dólares.



“La calumnia” (“The Children´s hour”, 1961, William Wyler)

William Wyler ya había rodado una primera versión en 1936 de la obra Lillian Hellman “The Children hour”, protagonizada por Miriam Hopkins, Merle Oberon y Joel McCrea titulada “Esos tres. Y no es que la primera versión no fuese una gran película, que lo era, si no porque no consiguió la repercusión que el director deseaba, en parte porque tanto la obra como la película fueron prohibidas o boicoteadas en algunas ciudades. De hecho para mejorar la primera versión Wyler tenía que hacer una obra maestra.

El reparto de “La calumnia” está encabezado por Audrey Hepburn y Shirley Maclaine como pareja protagonista, acompañadas por James Garner, Fay Banter y Miríam Hopkins que en la primera versión hizo el papel de MacLaine.

Las impresionantes actuaciones, especialmente de la MacLaine y Hepburn muy alejadas de los personajes que encarnaba habitualmente,  son el principal sustento de la credibilidad de una historia de amistad, de amor y de fidelidad pero también de impotencia, angustia y desesperación. Un drama que es un alegato contra la difamación y la indefensión ante esa situación. Basta una mentira para que la vida de unas personas se venga abajo como un castillo de naipes, destrozando la presunción de inocencia ante la impotencia del difamado. Pero el motivo de la difamación es el lesbianismo, que en el filme es juzgado y condenado hasta la estigmatización por la sociedad. Se podría decir que por la de sociedad de aquella época, pero lo cierto es que no hemos avanzado tanto en este tema en los últimos 60 años y el planeta en general sigue siendo tristemente intolerante.

A parte de la difamación y el lesbianismo, otro tema que trata es el de la maldad sin edad, y eso llevado al ámbito de la escuela nos adentra en otro gran problema de la sociedad actual, el bullying, que en la película como en la vida real genera una situación dramática y angustiosa.

Técnicamente la película es muy “Wyler”, esto es, perfecta en dirección y producción, manejando las imágenes para enmarcar lo que se cuenta sin dejar detalle o manteniendo el silencio, desesperante. Tuvo cinco nominaciones, cuatro de ellas técnicas, dejando fuera a una sublime Shirley MacLaine y a una gran banda sonora de Alex North.

Es un maravilloso drama contra la intolerancia que no hay que dejar de ver porque los temas que trata siguen estando ahí.

Descubre la respuesta a la pregunta que hacía la promoción de la película, o mejor saca tu propia conclusión de la pregunta.

“¿Puede un rumor infame destruir lo que es bello?”



“Gilda”, (“Gilda”, 1946, Charles Vidor)

Organizaciones moralistas habían condenado la película y eso había supuesto una publicidad para el filme que atraía a más gente a las salas.

La película era un film noir, el director era de renombre, Charles Vidor, y además una estrella como Rita Hayworth. El éxito estaba prácticamente asegurado y no importaba que el guion se escribiese sobre la marcha, incluso los números musicales permitían la improvisación, como los dos que se incluyeron para el lucimiento de Rita Hayworth, “Amado mío” y “Put the blame on mane”. La actriz ponía su cuerpo y su rostro mientras que la voz la ponía la cantante canadiense Anita Ellis.

Pero igual que los números musicales todo estaba hecho para el lucimiento de la actriz, por si el argumento no enganchaba, algo que parecía improbable, además de los contoneos de cadera estaba el movimiento de la cabellera pelirroja de la Hayworth, desde la primera escena en la que aparece haciendo una entrada en la película para la historia con ese “Gilda ¿estás visible?, ¿yo?” hasta la de la famosa bofetada.

La escena más famosa de la película, aquella en la que Gilda se quita el guante, se convirtió en una de las escenas más sensuales de la historia del cine. El movimiento de caderas en el baile, la raja en la falda hasta mitad del muslo, los hombros desnudos y unos guantes largos a juego con el vestido negro ajustado hicieron que el número estuviera cargado de erotismo con un mensaje, Gilda se quita el guante Imagínese usted el resto… Cuando el número termina todo el mundo aplaude entusiasmado y el sonido de los aplausos no solo corresponde a los extras que llenan el salón, también el equipo técnico aplaudió ya que la actriz hizo a la perfección la secuencia en solo dos tomas.

La escena termina con el famoso bofetón de Johnny Farrell a Gilda, pero el guion le permitió a Rita desquitarse y en otra escena abofetea repetidamente a Glenn Ford y en esa secuencia, involuntariamente, la actriz le partió un diente al actor. A pesar de ello serían grandes amigos durante toda su vida. Era la segunda película de Ford después de la guerra y como militar estaba aún en la reserva, y confesó que estaba enamorado de Rita como casi todo el ejército americano.

En España se estrenó con dos años de retraso por la censura y provocó escándalos y enfrentamientos.

Gilda es una de esa obras atemporales, no pasa el tiempo por ella, Gilda no envejece y sigue enamorando y en este caso no hablamos del personaje si no del filme. Todo se conjuga para crear una obra maestra, fotografía, música, un fantástico guion, una gran dirección, un inmejorable Glenn Ford encabezando un reparto formidable y por supuesto ella, Rita Hayworth

Gilda convirtió a Rita Hayworth en un sex symbol para la eternidad, pero a la actriz no le vino nada bien. En el aspecto cinematográfico el listón estaba por las nubes porque Gilda era un mito, y en el personal, tal como ella dijo: “Los hombres se acuestan con Gilda pero se despiertan al día siguiente con Rita”, y es que al fin y al cabo posiblemente nunca ha habido un slogan más acertado en la historia del cine porque… “Nunca hubo una mujer como Gilda”



“El maquinista de la General” (“The General”, 1926, Buster Keaton, Clyde Bruckman)

 “El maquinista de la General” es sin duda la mejor película de Buster Keaton. Está basada en un hecho real del robo por parte de un comando de la Unión de una locomotora y su persecución durante cientos de kilómetros. El hecho histórico se reflejó en un libro, que a Keaton le entusiasmo, titulado “Audacia y sufrimiento, la historia de una gran aventura ferroviaria”.

Era 1926 y Buster Keaton tenía el suficiente prestigio para enfrentarse a un gran proyecto como aquel. El presupuesto se disparó hasta los 750.000 dólares, algo desproporcionado para la época. No se utilizaron decorados, todo era real, vías, estaciones y locomotoras.

Para el rodaje se construyeron seis locomotoras que eran replicas exactas a la que fue robada en 1862. La original que estaba en un museo de la guerra americana sirvió como modelo para la construcción exacta de las réplicas. Para poder grabar la locomotora en marcha se construyó una red ferroviaria paralela por donde circulaba otra locomotora desde la que se rodaba. Incluso se construyó un puente de madera sobre un rio que en una única escena fue incendiado haciendo caer al rio una de las locomotoras.

Todos estos detalles hacían de “El maquinista de General” el proyecto más arriesgado y ambicioso de Buster Keaton.

El actor acostumbrado a hacer cualquier papel sin dobles, en esta ocasión fue más allá ya que era él quien se encargó de conducir las locomotoras, y también de rodar una de las escenas más arriesgada de su carrera, aquella en la que está sentado sobre la biela mientras la locomotora está en movimiento, le podía haber costado la vida al mínimo fallo. 

El que se viese la guerra civil americana en tono cómico no cayó muy bien y que en la película salieran victoriosos los que habían perdido la guerra tampoco, y la película fue un fracaso de público y crítica. La recaudación en América fue de algo más de 400.000 dólares y esto arruinó a Buster Keaton que tuvo que vender su productora a la Metro, perdiendo la libertad que tenía de hacer hasta ese momento las cosas como él quería. Nunca más volvería a llevar las riendas de sus películas, teniendo que someterse a las imposiciones de los productores.

En cuanto a “El maquinista de la General”, fue la película de la que Buster Keaton se sentía más orgulloso. Finalmente se hizo justicia y el tiempo la puso en su lugar como una de las mejores películas de la historia del cine.





“El planeta de los simios” (“Planet of the Apes”, 1968, Franklin J. Schaffner)

Era un niño y cuando salí del cine le pregunté a mi padre cómo habían conseguido que los monos hablasen. Unos años después cuando la volví a ver en un programa doble entendí el final de la película, uno de los mejores de la historia del cine. Estoy seguro de que nadie que la haya visto, independientemente si le gustase o no, ha olvidado “El planeta de los simios”.

El que fuera publicista de Marilyn Monroe, Arthur Jacobs, convertido en productor se recorrió todos los estudios con un proyecto entre manos, la historia de un planeta en el que los simios eran la especie dominante que sometía a los humanos. Unos no veían el proyecto posible y otros no confiaban en la historia. Solo la Fox se arriesgó, porque si todo salía como Jacobs se lo había vendido, podía ser, tal como comentaba el productor, “lo nunca visto”.

El proyecto se condicionó a una prueba de cámara que demostrase que el simio hablante no quedaría ridículo. John Chambers era el especialista en prótesis que hizo el milagro posible. A la Fox la prueba le pareció espectacular, así como el coste que iba a suponer, sería un planeta lleno de personajes con esa prótesis, además de un equipo de maquilladores nada habitual, el presupuesto para el maquillaje era desproporcionado.

El protagonista iba a ser Charlton Heston que estaba en la nómina de la Fox. El otro gran actor que pertenecía a la compañía, Edward G. Robinson, se bajó del proyecto. Tenía 75 años y tendría que someterse a un arduo trabajo de maquillaje que no podría quitarse para comer (tendría que tomar solo líquidos con pajita) y además se rodaría en un desierto a más de 40 grados. No se vio capaz. Según comentaron Kim Hunter y Roddy McDowell, que fueron dos de los simios protagonistas, el sacrificio del maquillaje fue importante y además la interpretación al hablar debía ser tan exagerada para dar expresión al simio, que terminaban con agujetas en las mandíbulas.

El director fue elegido a propuesta del protagonista. Charlton Heston recomendó a la Fox y a Jacobs a un joven director con el que acababa de rodar “El señor de la guerra”, Franklin J. Schaffner. Era casi un novato, pero hizo un trabajo de dirección impecable.

A la Fox, el presupuesto se les fue de las manos, tanto más si se temía por el resultado final, más de cinco millones de dólares de los que casi un 20% estaba destinado al maquillaje.

Pero la película fue un rotundo éxito, recaudó casi 35 millones sólo en Estados Unidos, pero triunfó en todo el mundo. Era 1968 y supuso un paso importante en el cine de ciencia ficción y en el maquillaje en el cine. La película consiguió por ello un premio honorífico, ya que no existía aún el Oscar al mejor maquillaje, además de nominaciones al mejor vestuario y a la mejor banda sonora.  

Unos la calificaran de obra maestra, otros de gran película sin más, y a otros tal vez no les gustó, si yo tengo que usar un calificativo ese es, inolvidable.



Pier Angeli, La actriz que no quiso cumplir los 40

Anna María Pierangeli, nació en Italia y allí dio sus primeros pasos en el cine. Un realizador se fijó en ella en una escuela de interpretación, tenía 17 años, y le ofreció un papel importante en “Mañana será tarde”. Al año siguiente rodó “Mañana será otro día”, que le abrió las puertas de Hollywood. La oferta que recibió de la MGM fue lo suficientemente interesante para que la actriz hiciera las maletas y viajara a Los Ángeles con su familia.Este paso permitió también que su hermana gemela; Maria Luisa debutara también en el cine.

La actriz divide su apellido para adoptar como nombre artístico Pier Angeli. En 1951, Richard Brooks, la convierte en protagonista de “El milagro del cuadro” y ese mismo año trabaja para Fred Zinnermann en “Teresa”. En 1953 Vicent Minnelli la dirige en “Tres amores” junto a Kirk Douglas con el que tuvo un breve romance.

Frente a la imagen llamativa de Sophia Loren, que ya triunfa en Ámerica, Pier Angeli, además de su gran belleza tiene una imagen de joven inocente y cándida con un aspecto melancólico y triste.En 1954 rueda el filme bíblico de Victor Saville “El cáliz de plata” en el que interpreta a una bella joven cristiana, junto a Paul Newman.

Durante el rodaje de esta película, mientras paseaba por un pasillo preparando el papel, se le acercó un joven aún desconocido para preguntarle por el set de rodaje de “Al este del Eden”. Era James Dean y entre ellos hubo un flechazo. Esa misma noche quedaron y empezaron una relación tan breve como intensa. Eran jóvenes, guapos y con un futuro prometedor y era una gran publicidad para los dos y para sus películas, lo que les venía muy bien a los estudios para lanzar sus carreras

Pero la relación encontró la radical oposición de la madre de Pier Angeli, católica y ultraconservadora controlaba las vidas y las carreras de sus hijas, y presionó a Anna para que dejara al actor. La señora Pierangeli no podía aceptar a James Dean al que los escándalos le perseguía, y que no compartía las creencias religiosas de su familia. Pier Angeli amenazada y presionada por su madre aceptó dejar a James Dean, para comenzar una relación con alguien del gusto de la familia, el actor de origen italiano, Vic Damone, con el que ese mismo año se casaría.

El día de la boda, mientras la actriz se casaba, Dean se plantó en la puerta de la iglesia con su moto de gran cilindrada y la revolucionó hasta que se escuchó desde el altar. El ruido del motor revolucionado duró hasta el “sí, quiero”, el mensaje que mandaba era: “Tengo la moto preparada, huye conmigo”, pero Dean se marchó sólo antes de ver a Pier Angeli salir de la iglesia casada.

James Dean era una persona inestable y ella le aportaba sosiego, la boda le dejó destrozado moralmente y afectó irremediablemente su, ya maltrecha, estabilidad emocional. Julie Harris, la compañera de reparto de Dean en “Al Este del Edén”, dijo que nunca había visto a nadie tan enamorado, ni tan tremendamente desesperado y destrozado como James Dean.

El actor había terminado el rodaje de Rebelde sin Causa y a continuación el de Gigante, y tenía encima de la mesa la oferta para protagonizar su siguiente película “Marcado por el odio”. Pier Angeli había aceptado el papel para protagonizar la película junto a Dean, y por ese mismo motivo él lo rechazó. Paul Newman fue el elegido para dar vida al boxeador Rocky Graziano.

Cuando se estaba en preproducción de la película llegó la noticia, James Dean había fallecido en un terrible accidente de tráfico. Pier Angeli tenía 27 años, estaba casada con alguien a quien no amaba, y el hombre a quien nunca dejaría de amar se había ido para siempre. Para ella sería imposible superar su muerte.

Después del éxito de Robert Wise “Marcado por el odio” estrenada en 1956, participaría en la que sería su última película en Hollywood “Loco por el circo” en 1958 con Danny Kaye. Posteriormente se divorciaría de su marido, con quien tenía un hijo, y volvería a Italia. 

Paul Newman 'Marcado por el odio' (1956), una historia de boxeo que es una de las mejores películas en la que Pier intervino, dirigida por Robert Wise y de nuevo junto a Paul Newman, o 'Loco por el circo' (1958) con Danny Kaye, que son algunos de sus títulos más recordados.

En su Italia natal participaría en películas poco destacadas a excepción de las coproducciones internacionales “Sodoma y Gomorra”de 1962 y “La batalla de las Ardenas” de 1965, dirigida en Italia por Robert Aldrich con la ayuda de Sergio Leone.

En 1962 Pier Angeli, intentando rehacer su vida, se casó de nuevo con el compositor Armando Trovaioli con quien tuvo un hijo. El matrimonio duró hasta 1969, y sus allegados hablaban de la actriz como una persona completamente rota, había abandonado prácticamente el cine y su situación económica era crítica.

En el verano de 1971 una carta a una amiga hacía presentir lo peor: “Tengo un miedo horrible a envejecer. Considero que los cuarenta es el principio de la vejez. El amor tampoco es solución, para mí ha quedado atrás. El amor murió al volante de un Porche”.

No llegó a cumplir los cuarenta, una sobredosis de somníferos terminó con su vida el 10 de septiembre de 1971 con 39 años.

 



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