Fritz Lang, su primera etapa alemana y su huida a Hollywood

Fritz Lang se casó en 1922, por segunda vez con Thea von Harbou, la que había sido su amante hasta la trágica y misteriosa muerte de su primera mujer Elisabeth Rosenthal. 

Thea era una gran guionista y juntos formaron una de las parejas cinematográficas más fructíferas del cine. Ambos escribieron juntos los guiones de las mejores películas alemanas de Lang, la epopeya de los Nibelungos, Metrópolis, o M, el vampiro de Düsseldorf, todas ellas partiendo de ideas de Thea. 

La última película que hicieron juntos fue El testamento del Dr. Mabuse (1933), entre ellos ya existían grandes diferencias. La película fue prohibida por su mensaje crítico con el autoritarismo. Hitler ya había llegado al poder y Joseph Goebbels, el ministro de propaganda nazi que admiraba su cine le propuso hacerse cargo de dirigir la industria del cine alemán. El director, atónito, respondió que su madre era judía y que varias de sus producciones habían sido abiertamente criticadas por los nazis. "Nosotros decidimos quién es ario y quién no", le replicó Goebbels.

Su mujer la animó a hacerse cargo del puesto y eso solucionaría sus problemas, pero el director no se lo pensó dos veces y como les ocurrió a otros colegas judíos (Billy Wilder, Robert Siodmak, Max Ophüls), se vio obligado a marcharse a Francia como paso previo a su viaje a Hollywood. 

La huida de Lang supuso una contrariedad para los planes de Hitler y Goebbels con respecto a la industria cinematográfica alemana y su proyecto de utilización de películas de propaganda como punta de lanza en Europa para el reconocimiento, admiración y expansión del régimen de la Alemania nazi. 

Su esposa no acompañó a Fritz Lang. Thea Von Harbou se divorció de Lang, se afilió al partido nazi y comenzó una prolífica etapa como cineasta del régimen, incluyendo dos filmes como directora. 

Los exiliados intelectuales alemanes y Lang entre ellos tuvieron muchos problemas para asentarse en Estados Unidos. Sus trabajos en Alemania no eran reconocidos y sin medios ni recursos económicos tuvieron que empezar de cero ayudados por comités de alemanes para exiliados. 

Después de un breve paso por Francia donde hizo una película Liliom, con Charles Boyer, que pasó con más pena que gloria, en junio de 1934 Lang llegó a Hollywood como invitado por David O. Selznick. Había firmado un contrato por un año para la Metro Goldwyn Mayer. Pero ese primer año lo pasó sin trabajo. En 1936 se le dio una oportunidad, Fritz Lang dirigió a Sylvia Sidney, Spencer Tracy y Walter Brennan en la película Fury. Era la primera de las cuatro películas anti nazis que el director realizó en Hollywood y la primera de una serie de grandes películas. 

Fritz Lang había llegado a Hollywood para convertirse en uno de los mejores directores de la historia del cine.



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