“El maquinista de la General” (“The General”, 1926, Buster Keaton, Clyde Bruckman)

 “El maquinista de la General” es sin duda la mejor película de Buster Keaton. Está basada en un hecho real del robo por parte de un comando de la Unión de una locomotora y su persecución durante cientos de kilómetros. El hecho histórico se reflejó en un libro, que a Keaton le entusiasmo, titulado “Audacia y sufrimiento, la historia de una gran aventura ferroviaria”.

Era 1926 y Buster Keaton tenía el suficiente prestigio para enfrentarse a un gran proyecto como aquel. El presupuesto se disparó hasta los 750.000 dólares, algo desproporcionado para la época. No se utilizaron decorados, todo era real, vías, estaciones y locomotoras.

Para el rodaje se construyeron seis locomotoras que eran replicas exactas a la que fue robada en 1862. La original que estaba en un museo de la guerra americana sirvió como modelo para la construcción exacta de las réplicas. Para poder grabar la locomotora en marcha se construyó una red ferroviaria paralela por donde circulaba otra locomotora desde la que se rodaba. Incluso se construyó un puente de madera sobre un rio que en una única escena fue incendiado haciendo caer al rio una de las locomotoras.

Todos estos detalles hacían de “El maquinista de General” el proyecto más arriesgado y ambicioso de Buster Keaton.

El actor acostumbrado a hacer cualquier papel sin dobles, en esta ocasión fue más allá ya que era él quien se encargó de conducir las locomotoras, y también de rodar una de las escenas más arriesgada de su carrera, aquella en la que está sentado sobre la biela mientras la locomotora está en movimiento, le podía haber costado la vida al mínimo fallo. 

El que se viese la guerra civil americana en tono cómico no cayó muy bien y que en la película salieran victoriosos los que habían perdido la guerra tampoco, y la película fue un fracaso de público y crítica. La recaudación en América fue de algo más de 400.000 dólares y esto arruinó a Buster Keaton que tuvo que vender su productora a la Metro, perdiendo la libertad que tenía de hacer hasta ese momento las cosas como él quería. Nunca más volvería a llevar las riendas de sus películas, teniendo que someterse a las imposiciones de los productores.

En cuanto a “El maquinista de la General”, fue la película de la que Buster Keaton se sentía más orgulloso. Finalmente se hizo justicia y el tiempo la puso en su lugar como una de las mejores películas de la historia del cine.





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